Existe una fábula interesante que es contada en los cursos de administración y de marketing: la historia del vendedor de salchichas y la crisis. Ésta trata de un hombre que vendía hot dogs al borde de una carretera. Él no escuchaba radio, ni miraba televisión, no leía el diario ni tenía acceso a internet. Se preocupaba solo en producir y vender buenos hot dogs, hechos con panes y salchichas de la mejor calidad. También publicitaba su producto poniendo carteles por la carretera y ofrecía el bocadillo gritándoles a los transeúntes que pasaban a pie: “¡Miren el hot dog especial!”. Su negocio prosperaba. Armó una fiel clientela, la cual traía cada vez a más gente para su puesto. Por el gran éxito, sustentó a la familia e incluso logró mandar a su hijo a estudiar a una de las mejores universidades de administración del mundo.
Un día, el hijo, ya graduado, volvió a la casa y le preguntó al padre si él no sabía, a través de la prensa, que la situación del país era crítica y que estaban a las puertas de una gran crisis. El hombre le creyó a su estudiado hijo. Preocupado, comenzó a ahorrar, a comprar panes y salchichas de una calidad inferior y dejó de promover sus hot dogs. Pronto, los clientes desaparecieron y las ventas se desplomaron, hasta que el negocio quebró. Entonces, muy triste le dijo a su hijo: “Tenías razón, estamos en una de las peores crisis de todos los tiempos”.
Podemos obtener varias lecciones de esta fábula. Pero vale la pena reflexionar sobre quién fue el verdadero villano de la historia. Para mí, no fue el hijo, como puede parecer a primera vista. El verdadero culpable por el desmoronamiento del negocio fue el propio padre, que cometió dos errores fatales.
El primero fue no creer en su instinto emprendedor, abandonando una estrategia vencedora de negocio, basándose únicamente en una sola opinión divergente, aunque esta fuese la declaración de su hijo estudiado.
Pero el peor error cometido fue que el vendedor de hot dogs haya aceptado, sin un análisis crítico, la “crisis” que la prensa vendía como una verdad absoluta. Entre tantos aciertos, los medios pueden equivocarse y los mismos se equivocan mucho todos los días. Esto sin mencionar el océano de tonterías, rumores y mentiras que inundan internet. Es fundamental estar bien informado sobre lo que sucede a su alrededor, pero aún más importante es elegir bien dónde obtener las noticias y la información para evaluar cómo cada una afectará a su vida.
Valore su opinión. No es una salchicha barata.
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