La estación invernal maltrata nuestra piel a veces más que durante el verano. El frio puede causar una deshidratación profunda de los tejidos y los cambios de temperatura y de humedad dificultan mantenerla en equilibrio.
Durante los meses del invierno la piel está expuesta a varios factores agresivos: el frío, el viento, la calefacción y la intensa contaminación que pueden hacer daño a largo plazo. Conllevando a deshidrataciones severa, flacidez y al terrible dolor de cabeza de todas las mujeres, la indeseable “celulitis”, de la que hablaremos hoy.
¿Qué es? La celulitis es un desorden funcional y estético que se manifiesta por la acumulación de líquidos y grasas en algunas zonas del cuerpo, como el abdomen, los muslos y las nalgas. En consecuencia, la estructura del tejido celular de la hipodermis, la capa más profunda de la piel, se altera, al igual que el tejido adiposo (compuesto por grasa) y la circulación venosa.
Cuando la celulitis aparece, no siempre se está ante la popular ‘piel de naranja’ que, conocida en los círculos médicos como ‘celulitis quística’ es tan sólo uno de los tres tipos de celulitis que pueden dañar nuestra piel. Al alcanzar estadios más avanzados, se produce la celulitis dolorosa, fría al tacto, con zonas sensibles al roce que producen dolor y relacionada con casos de retención de líquidos.
¿Por qué aparece? La celulitis es eminentemente femenina, pero no por casualidad o por capricho, sino por elección de la propia naturaleza. Aunque la razón podría venir acompañada de largas y tediosas explicaciones, en el caso de la ‘piel de naranja’ en realidad todo se resume en un ‘muro’ delgado y discontinuo en las mujeres que es más grueso, regular y continuo en los hombres. En ocasiones aparece o empeora coincidiendo con alguna alteración hormonal como la menopausia, el embarazo, los anticonceptivos, el tratamiento hormonal, padecer síndrome de ovario poliquístico, obesidad severa y diabetes tipo 2, entre otras situaciones. El estrés, el sedentarismo, la falta de sueño, los trastornos afectivos, la ropa ajustada, el sobrepeso, el alcohol, el tabaco y hábitos alimenticios inadecuados también favorecen la presencia de celulitis.
Tratamientos naturales
– Consumiendo verduras, carnes libres de grasa, comidas bajas de sal y abundante agua. Evite el consumo de alcohol, café y el tabaco ya que perjudican el sistema venoso y linfático impidiendo eliminar toxinas adecuadamente.
Para eliminar la celulitis y la flacidez, basta con dedicarnos un tiempito al día y poner en práctica algunos consejos naturales:
– Los masajes en las diferentes zonas del cuerpo son muy efectivos contra la celulitis y la falta de tonicidad de la piel. Los masajes nos permiten eliminar toxinas del organismo a través de la piel, dejando nuestra piel lisa sin rastros de celulitis.
– Para este tipo de masajes necesitamos un cepillo de cerdas naturales o un guante especial para celulitis que podemos comprar en cualquier farmacia. Con movimientos verticales masajeamos las piernas dos veces al día, en un principio suavemente y luego con movimientos más fuertes, en especial recomiendo el aceite de cocoa.
– Otro remedio casero contra la celulitis son las duchas frías. Está comprobado que el agua fría (aproximadamente 20º) A si estemos en invierno, nos ayuda a tonificar la piel, eliminando la celulitis. En cuanto a la ropa, no utilizar pantalones muy ajustados, porque estos impiden una buena circulación y favorecen la retención de líquido en los muslos.
Cruzar las piernas y estar mucho tiempo sentada, por ejemplo, no es nada aconsejable. Si se levanta la cama unos 15 grados a la altura de los pies se evita la acumulación de líquidos y se mejora la circulación. Y, para activarla y aumentar la elasticidad de las arterias, con lo que se refuerza la resistencia frente a las grasas acumuladas.
Un consejo muy útil es terminar la ducha con un chorro de agua fría que recorra desde los tobillos hasta la cintura.
En la próxima ocasión estaremos hablando de otros tratamientos que combaten la celulitis.