Imagine tener manchas blancas esparcidas por el cuerpo, que no duelen ni pican, pero que no pasan desapercibidas a los ojos de los demás. Quien tiene vitiligo, una enfermedad de la piel que se caracteriza por la falta o disminución de las células productoras de melanina (el pigmento que le da color a la piel), sabe lo que es pasar por esto.
De acuerdo con los especialistas, la enfermedad afecta entre el 1 y el 4% de la población mundial, pudiendo manifestarse en personas de diferentes sexos y etnias.
Las lesiones, que pueden tener diferentes tamaños, pueden aparecer en todo el cuerpo o solamente en una zona.
Si bien esta enfermedad no trae perjuicios a la salud del paciente, sus efectos estéticos son tan significativos, que no todos logran soportarlos.
Michael Jackson es, quizás, el caso más famoso de la enfermedad. Recientemente se supo que su hijo, Prince Jackson, también sufre el mismo mal que su padre.
Por el lado local, el músico Charly García y su distintivo bigote bicolor son un claro ejemplo del vitiligo. La falta de células pigmentarias hacen que medio bigote del compositor sea blanco, mientras que la otra mitad tiene color.
A pesar de no ser contagioso y no traer consecuencias al resto del organismo, el vitiligo causa inconvenientes emocionales, relacionados a la autoestima. Como en el caso de Norma Cufré, que sufrió vitiligo y por ese motivo estaba deprimida.
Norma Edith Cufré enfrentaba varios problemas, uno de ellos era el vitiligo que afectaba a la piel de su cuerpo. Al verse en esta situación decidió acercarse a la Universal y comenzar a participar de las reuniones. Para su sorpresa, fue sanada y logró una vida de calidad.
“Recuerdo que vivía nerviosa, angustiada y ansiosa, también estaba enferma de vitiligo y tiroides. Como estaba desempleada, llegué a vivir en la miseria, eso me hacía estar deprimida. Parecía que no había una salida, pero cuando participé de las reuniones de la iglesia las cosas comenzaron a cambiar. La angustia y el nerviosismo se fueron, me sané completamente y abrí mi propio negocio. Lo principal fue que encontré la paz que tanto necesitaba”.
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