Cuando una hace solo lo que está a su alcance, se convierte en una más en medio de la multitud y pierde muchas oportunidades. Porque cuando hace solo lo que usted piensa que puede hacer, se convierte en una persona limitada y común.
El mundo está lleno de personas que marcaron la diferencia porque vieron oportunidades donde otros no las vieron. Por esa razón se dedicaron, se esforzaron, hicieron más de lo esperado y sorprendieron al mundo con sus ideas y descubrimientos.
Nosotras, que conocemos a un Dios Vivo, tenemos que mostrarle a este mundo lo que significa seguirlo. Él jamás va a obligarnos a hacer algo, somos nosotras las que tenemos que tomar la iniciativa.
Ya conocí a muchas personas que, porque no tenían esa disposición de marcar la diferencia, perdieron grandes oportunidades en la vida, no porque Dios no quería bendecirlas, sino porque no encontró en ellas ese algo más que hemos visto en la vida de los héroes de la Biblia. La falta de visión y disposición ha llevado a muchos a vivir una vida sin alegrías, sin victorias, esa no es la vida que Dios quiere para nosotros.
El obispo Macedo dijo algo que me llamó mucho la atención. Dijo que “el Señor Jesús vino para traernos vida en abundancia y eso significa recibir bendiciones todos los días”, pero esto no quiere decir que todo sería fácil, ni tampoco que sería algo automático para todos, sino para quienes creen en esta Palabra y se proponen hacer siempre más de lo que pueden hacer.
Y yo le pregunto, querida amiga, ¿hasta cuándo va a insistir en creer que no es capaz con posibilidades de perder lo que Dios tiene para usted?
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