Todos los días, alrededor de 22 personas mueren en un accidente de tránsito, sin contar a los heridos. En los últimos 20 años se registraron un total de 152 970 muertes, de acuerdo con un informe difundido por la Asociación Civil Luchemos por la Vida, que afirma: “Sin duda, la mayor tragedia que sufrimos todos los argentinos”.
Desde la Asociación Civil afirman que pese a que la Asamblea General de las Naciones Unidas declararon los años 2011-2020 como el “Decenio de Acción para la Seguridad Vial” y los países integrantes se comprometieron a concretar acciones que conduzcan a disminuir significativamente los muertos y heridos en el tránsito, todavía, en Argentina, no se aprecian avances sustentables que acarreen una disminución importante del número de muertos y heridos.
Para alcanzar esas metas, se necesitan aplicar, por ejemplo las siguientes acciones:
· Uso permanente y generalizado de casco en ciclomotores, motocicletas y bicicletas
· Uso permanente y generalizado de cinturones de seguridad en los demás vehículos automotores
· Cumplimiento permanente y generalizado de los límites de velocidad
· Control permanente y generalizado del consumo de alcohol y/o drogas de los conductores
· Otorgamiento generalizado de la prioridad de paso a los peatones
Además, Luchemos por la Vida destacó que algunos problemas se agravaron.
· Se multiplican los muertos en motocicleta o ciclomotor en todo el país, en muchos de los casos, por no usar el casco, lo que pese a su obligatoriedad, no se controla ni sanciona en la mayoría de las ciudades y pueblos del interior, ni en los alrededores de Buenos Aires.
· Desde 2007 a la fecha, se ha duplicado el uso de los celulares por parte de los conductores, y triplicado entre los peatones, según estudios de Luchemos por la Vida.
· Se promociona el uso masivo de la bicicleta en Buenos Aires y otras ciudades, sin controlarse el cumplimiento de las más elementales normas de seguridad para los ciclistas, como el uso del casco, y sin proveerse una infraestructura adecuada de seguridad.
Vacaciones: morir en la ruta
Al llegar el verano y las fiestas, reaparece un clásico en las rutas argentinas: viajar de noche.
Muchos creen que haciendo esto ganan tiempo porque hay menos tránsito, o conducen mejor, porque la temperatura es más soportable. Lo que no saben es que de noche se triplica el riesgo de sufrir un accidente de tránsito.
“El sueño es inevitable y, en el mejor de los casos, disminuye grandemente los reflejos y la capacidad de reacción. El reloj biológico normal de cada persona hace que esté acostumbrada a dormir de noche. El conductor ideal, capacitado para conducir de noche, con menos riesgo de quedarse dormido, es aquel que normalmente duerme de día y conduce de noche. La situación se agrava más si no hubo descanso o si se trabajó durante todo el día. Peor aún si la persona cenó abundantemente y bebió alcohol.
Además, se suma la monotonía del paisaje, la menor visibilidad, la posibilidad de que se cruce un animal en la ruta, de encontrarse con autos sin luces reglamentarias y de sufrir encandilamientos. Mejor, conducir de día”, dicen desde la Asociación Civil Luchemos por la vida.
Por disposición de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el tercer domingo del mes de noviembre es el Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de los accidentes de tráfico, en homenaje de las víctimas de accidentes de tráfico y sus familias.
Todos los años, los accidentes provocan la muerte de cerca de 1,3 millones de personas y daños o alguna incapacidad en otros 50 millones en todo el mundo. Constituyen la principal causa de mortalidad entre los jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y los 29 años.
El día se creó con el objetivo de ofrecer reconocimiento a las víctimas de accidentes y a la difícil situación de los familiares que se enfrentan a las consecuencias emocionales y prácticas de estos trágicos sucesos.
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