Especialistas en endocrinología destacaron la importancia de que la palpación de la glándula tiroidea sea parte de la rutina en el control clínico, ya que es importante para la detección precoz del cáncer de tiroides.
“El aumento en la incidencia de cáncer de tiroides se ha duplicado en los últimos años. Igualmente, el crecimiento ha sido de los tumores más pequeños, llamados carcinomas papilares, y que tienen un muy buen pronóstico de curación”, sostuvo Ana María Orlandi, Jefa del sector de tiroides de la Unidad de Endocrinología del Hospital Álvarez y Coordinadora del Departamento de Tiroides de SAEM, en una entrevista brindada al portal Terra.Asimismo, la especialista hizo hincapié en que “el hecho de que se encuentren tumores más pequeños indica que se ha tomado mayor conciencia acerca de la importancia de realizar más diagnósticos de la glándula tiroidea”.
La glándula tiroides es un órgano que se encuentra ubicado en la base de la garganta y produce hormonas que ayudan a controlar la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la temperatura del cuerpo y el peso. Estas hormonas son conocidas como T3 y T4 y su importancia radica en que ejercen influencia en la mayor parte de las células y colaboran en el control de sus funciones.
El signo principal del cáncer de tiroides es un bulto (nódulo) en el cuello, que puede ser descubierto durante un examen físico de rutina o también la persona puede notarlo al mirarse en un espejo. El diagnóstico del cáncer de tiroides se hace en base a una biopsia de un nódulo tiroideo o después de que este es removido durante la cirugía.
Aunque estos nódulos son muy comunes, solo 1 de cada 10 resulta ser un cáncer de tiroides.
“Tenía seis meses de vida”
Ana María González estaba viviendo una situación delicada, le habían diagnosticado cáncer de tiroides terminal, los médicos le dieron seis meses de vida. Esto desató el mayor conflicto en la familia, por un lado los problemas económicos surgieron y por otro comenzaron las agresiones verbales y físicas. “El costo del tratamiento era muy alto, no podía afrontarlo, llegamos a vender los muebles de casa para comprar remedios”, cuenta ella.
La desesperación era enorme, su esposo, abrumado, intentó matar a toda la familia para luego suicidarse porque no veía una forma de salir adelante. Fueron momentos críticos. En esa situación la familia recibió una invitación para participar de las reuniones de la Universal y tomaron la decisión de acercarse.
“Perseveramos en las reuniones y poco a poco nuestras vidas fueron transformadas. Al usar mi fe fui curada del cáncer de tiroides. Mi sanidad fue una sorpresa para los médicos. Nuestra relación cambió, la familia está unida y la miseria se acabó. Hoy sé lo que es el significado de la palabra felicidad”, asegura sonriendo junto a su esposo.
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