Algunas personas saben desde pequeñas de qué trabajarán cuando sean grandes. Pero, en la mayoría de los casos, elegir una profesión no es una tarea fácil. Para los jóvenes que deben seleccionar una orientación educativa la elección es aún más difícil, pues su decisión determina un proyecto de carrera que puede extenderse por toda la vida.
Hay diversos factores que pueden influir en la decisión, como la opinión de la familia, la de los amigos o incluso la de la escuela. Por todas estas razones, siempre surge el mismo interrogante: ¿qué hacer para no equivocarse al elegir una profesión?
Los especialistas coinciden en que cada persona está dotada de características que fueron formadas por su historia de vida y son esos puntos los que van a contribuir en la decisión final.
La realización de tests vocacionales es recomendable, porque se simulan situaciones diarias para que el joven perciba qué áreas le gustan más, basado en películas y actividades diarias que realiza. Aunque no determine su elección, el test lo ayudará a definir un área de interés en la que luego puede elegir profesiones.
Aunque también puede suceder que el joven elija algo diferente a lo que señala el test. En esos casos, suele pesar más la opinión del entorno, el nivel salarial y el estatus profesional, que se usan para convencer a quien tiene dudas.
Para no correr el riesgo de trabajar en algo que no guste, la decisión final siempre debe ser del aspirante, después de evaluar todos los pros y los contras de las opciones que se le presentan.
Finalmente, pero no por eso menos importante, siempre es fundamental contar con la orientación de Dios, porque de Él viene la dirección segura para tomar cualquier decisión.
Resultados de la cadena
Marcela: “Estaba muy mal, mi hija y yo estábamos enfermas de asma, mi esposo también estaba enfermo de un pulmón y eso traía problemas económicos. Perseveramos los lunes, a mi esposo le habían prestado unas vacas y hacía masa para mozzarella de la leche, pero ganaba poco. Hoy en día tenemos nuestro tambo y nuestras vacas, fue cambiando la situación. Pagamos las deudas, tenemos salud y tenemos ganas de seguir adelante”.
Marta: “Cuando comencé a participar de la reunión de los días lunes comencé a tener visión, fui mirando las cosas de otra manera, recibí orientaciones y decidí cambiar mi vida. Yo tenía una vida normal y de repente todo se dio vuelta, empezamos a estar mal, a perder cosas, los problemas económicos hacían que mi matrimonio también sea afectado, incluso nos estafaron. Al participar de las reuniones se me abrió la mente. Hoy tenemos un negocio de decoración”.
“Mi casa estaba prácticamente perdida, estaba en la Corte Suprema, eso fue lo que más me dolió y lo que más problemas trajo a distintas áreas de mi vida, afectó a mi familia y a mi carrera. Al participar de las reuniones de los días lunes fui aprendiendo a revertir la situación. Usando mi fe logré tener mi casa y conquisté un auto 0 km. No fue sencillo, pero siempre perseveré porque quería cambiar de vida. Me mantuve firme porque sabía que Dios me iba a responder y así sucedió”.
Congreso para el progreso, todos los lunes a las 8, 10, 16 y especialmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
[related_posts limit=”14″]