Muchas personas enfrentan una vida de mucho sufrimiento y desconocen que el Dios de lo Imposible tiene poder para cambiar cualquier situación. Por más que parezca imposible, Él trae la solución en el momento preciso. Jésica Espindola y su familia experimentaron el poder de Dios y obtuvieron respuestas.
Jésica tuvo una niñez muy difícil, sufrió abusos sexuales y en su adolescencia se encontraba todo el tiempo triste y depresiva. Su vida era humillante como mujer. Estaba en los vicios, consumía drogas, cigarrillos y alcohol, sufría ataques de pánico y era infeliz en su vida sentimental. El tiempo pasó y los problemas seguían, sus hijos siempre estaban enfermos. La situación se agravó cuando los médicos le dieron el diagnóstico de uno de sus hijos, él tenía comunicación interauricular (CIA) y necesitaba un trasplante de manera urgente.
Sus padres la invitaron a participar de las reuniones de la Universal. La abuela pidió por el niño, el Dios de lo Imposible escuchó su oración y la criatura fue sanada. A Jésica la estaban enloqueciendo los ataques de pánico, sentía que se moría, entonces, fue a la iglesia y comenzó a participar de las reuniones. Poco a poco fue libre de la carga que sentía sobre sus espaldas y de los ataques de pánico. La tristeza y la depresión quedaron en el pasado y pasó a ser una mujer fuerte, una mujer que tiene motivos para sonreír.
“Cuando conocí a Jesús todo, absolutamente todo, fue restaurado. Hoy soy plenamente feliz en todos los aspectos de mi vida gracias a Dios”, afirma Jésica sonriendo.
Reunión de los Casos Imposibles, todos los sábados a las 8, 10, 15 y 19hs
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