Endeudarse puede ser muy fácil, difícil es librarse de la deuda, que crece cada día, a medida en la que el valor de los intereses va aumentado. Las consecuencias de estar endeudado son vergonzosas y limitantes. Algunos consumidores permanecen por años con esa restricción, mientras la deuda va creciendo y se vuelve prácticamente impagable. Presentar una propuesta y negociar la deuda es la única opción para quién no puede pagar la cantidad pendiente. Marcelo Monteiro, especialista en el mercado de recuperación de crédito y director de nuevos negocios de la PH3A (empresa de tecnología dedicada a proyectar y construir sistemas de información, dirigidos a apoyar la gestión de empresas fuertemente dependiente de operaciones en varios segmentos, desde soluciones para la Recuperación de Crédito, Análisis de Fraude, Database, CMR, Gateway de Pago y Plataforma de E-commece) , aconseja al consumidor, a financiar la deuda, debe proponer cuotas que no salgan de su presupuesto para que pueda cumplir con el acuerdo de negociación. “Es correcto proponer un pago bajo en el valor cobrado por el acreedor. Diría que es fundamental para preservar el equilibrio financiero del deudor y creo que una negociación benéfica para el consumidor es aquella que considera y respeta los siguientes elementos: posibilidades de pago y equilibrio financiero del consumidor”, aconseja Monteiro.
Si al renegociar con la empresa acreedora, su contra propuesta no fue aceptada, haga un ahorro, pues puede servir para el pago de la deuda, intente la negociación nuevamente. Monteiro cree que los movimientos de negociación son excelentes oportunidades para la cancelación de la deuda. “Yo diría que un buen momento para pagar la deuda es cuando el consumidor posee dinero disponible para cancelarla. Mejor todavía cuando los acreedores hacen campañas con grandes descuentos que mejoran las condiciones de pago para los deudores. Por eso, hay tantas campañas para la cancelación de deudas a fin de año. Al mismo tiempo que los consumidores reciben el aguinaldo, las empresas realizan un último esfuerzo para aumentar la recuperación y mejorar los resultados financieros del año. En esta época tiende a ser más propicia para la cancelación de deudas”, afirma el especialista.
Renegociar por medio de las agencias de cobranzas no es bueno, pues ellos son limitados en los valores y condiciones informadas por la empresa acreedora e incluyen un propio lucro en el valor negociado. Busque a la empresa acreedora y negocie directamente con ella. Una alternativa viable para pagar la deuda al contado es solicitar un préstamo, quizá con eso, el consumidor logre sustituir una deuda elevada por una más económica. “Por ejemplo, tiene sentido reemplazar una deuda que cobra 7.5 % al mes, por un préstamo que cobre alrededor del 2 % al mes. También puede pedir un préstamo para alargar el plazo de pago. Si una persona da una cuota “X” en un préstamo en 12 meses, pagará una cuota menor si el plazo es de 36 meses, con la misma taza de intereses. En resumen, solo vale la pena pedir un préstamo para pagar una deuda si el que paga va a beneficiarse, sea pagando menos intereses o sea pagando un número menor de cuotas”, evalúa Monteiro.
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