Hola, obispo. Mi nombre es Antonia y necesito mucho de su ayuda. Soy muy religiosa pero estoy confundida con la vida que tengo actualmente. Mi economía está pésima, mi matrimonio pende de un hilo, estoy desempleada y parece una plaga que no me deja. Con todo esto, cada día tengo menos paciencia con mis hijos a quienes tanto amo. Mi compañero es muy cabeza dura ¡auxilio!
Respuesta:
Antonia, mucha gente puede sentirse ofendida con lo que le voy a decir, pero no puedo de ninguna manera, dejar de decir lo que yo creo, porque eso fue lo que cambió mi vida y ha transformado a otras tantas miles de personas que vivían perdidas.
En primer lugar, ninguna religión ayuda a nadie a cambiar de vida, muy por lo contrario, solo deja a las personas oprimidas, confundidas y perdidas. En algunos lugares, los espíritus inmundos que se manifiestan son engañadores, se hacen pasar por médicos de personas que murieron, pero en realidad son, nada más y nada menos, que demonios disfrazados que actúan para destruir la vida de la gente.
La verdad, mi amiga, está en la Biblia Sagrada. Y la Palabra de Dios afirma: “Como la nube se desvanece y se va, así el que desciende al Seol no subirá “ (Job 7.9)
Todo lo que está sucediendo en su vida, es reflejo de su interior porque usted no está bien. Usted necesita tener un encuentro real y verdadero con Dios, que es el único que puede liberarlo totalmente de esas cadenas que lo apresan espiritualmente. A partir de entonces, toda su problemática existencial será de hecho resuelta.
Usted ya debe haber buscado la solución para sus problemas en muchos lugares, sin lograr éxito, ¿no es verdad? Entonces, dese una oportunidad a sí misma y participe de una reunión de liberación los días viernes, en la Universal más cerca de su casa. Esté segura de que el mismo Dios que un día cambió mi vida va a cambiar la suya también.
Estaré orando por su victoria. Que Dios la bendiga, en el nombre de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo.