El miércoles 7 de enero, las redes sociales en Argentina estallaron de indignación y bronca. El motivo no fue el atentado contra una publicación humorística en París, Francia, sino un hecho que se produjo dentro de las fronteras del país, en una de las regiones más azotadas por la pobreza. Néstor Femenía, un niño de 7 años perteneciente a la comunidad aborigen qom, murió en un hospital de Resistencia, Chaco, luego de pelear durante 40 días contra una tuberculosis bacteriana, la enfermedad más vieja conocida por el hombre.
El niño era el mayor de cinco hermanos y vivía con su familia en el paraje Paso Sosa, que se encuentra a 12 kilómetros de Villa Río Bermejito y a 315 km de Resistencia.
Una historia clínica compleja
Néstor tenía siete años y pesaba apenas 20 kilos, e ingresó al hospital por primera vez el 15 de septiembre del año pasado. Allí los médicos le detectaron un déficit nutricional de un 10%, o sea, el niño pesaba un 10 por ciento menos de lo que debería pesar. “Se inició tratamiento para neumonía bacteriana y tuberculosis, se brindó soporte nutricional con dieta hiperproteica, hipercalórica, con colaciones, vitaminas, hierro. Mientras estuvo internado, el niño completó el calendario de vacunación y se atendió al grupo familiar conviviente. Se le dio alta el alta médica el 18 de octubre” dijo a Chaco Día Por Día el Dr. Damián Vargas González, director de la Región Sanitaria V y médico pediatra que atendió a Néstor.
“Salió del hospital con su neumonía bacteriana resuelta, una buena progresión de peso y laboratorio dentro de parámetros normales, para continuar con tratamiento instituido. El tratamiento antituberculoso, fue supervisado diariamente por agentes promotores de la localidad de Bermejito. Y en forma ambulatoria con controles programados semanalmente en el servicio de Pediatría del Hospital Güemes”, agregó.
El 9 de diciembre, Néstor volvió a ser internado, pero su padre lo retiró el mismo día del hospital de Río Bermejito. “Lo contactamos nuevamente el 16 de diciembre. Se lo interna en el hospital de Río Bermejito e inmediatamente se lo deriva al Hospital Güemes. El 18 de diciembre se vuelven a retirar del hospital Güemes. En ese momento se avisa de forma urgente al juzgado del Menor y Familia y la Dra. Mazza, médica de guardia, radica la denuncia policial. El 19 de diciembre, en horas de la mañana, es localizado en Villa Bermejito, se lo logra internar recién a la noche, considerando la situación familiar. El Subsecretario de Atención Primaria, el Dr. Roberto Sandoval se involucró para que la familia acompañe el tratamiento y trasladar a Néstor al Hospital Pediátrico”, contó el Director de la Región Sanitaria V.
Ya en Resistencia, Néstor permaneció internado en Hospital Pediátrico de Resistencia, Avelino Castelán. “En el diagnóstico del niño encontramos que tenía una insuficiencia hepática, o sea el hígado no trabajaba adecuadamente y tenía trastornos de coagulación. Esta irritación serosa y producción de líquido constante nos hace pensar que pudo tener una patología de base o alguna enfermedad autoinmune y la tuberculosis pudo ser la causa en un terreno predisponente o lo que lo terminó de descompensar. Pero evidentemente tenía una enfermedad de base que es lo que motivó toda esta complicación posterior”, explicó a Diario Chaco la directora del hospital, Alicia Michelini.
Vargas González expresó su dolor por la muerte del pequeño: “Estamos muy conmovidos porque hicimos todo lo posible. Nosotros teníamos un vínculo con Néstor, lo seguimos y atendimos. Para nosotros no fue un número más, compartimos 40 días de su vida. Su cuadro se asoció a una enfermedad de tipo autoinmune que atacó en forma aguda pleura, pericardio e hígado, agravando el estado general del paciente”, dijo a Diario Chaco.
Desnutrición en Argentina
Desde el año 2007, en el país no hay datos oficiales sobre la desnutrición. En ese año se publicó la última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (Ennys), cuyos resultados se basaron en chicos de hasta 5 años, embarazadas y población femenina de entre 10 y 49 años, por lo que se trata de un resultado parcial. De acuerdo con la encuesta, en Argentina había menos del 2 por ciento de desnutrición aguda y alrededor del 8 por ciento de desnutrición crónica.
La mayor parte de los casos de desnutrición se encuentran en las zonas de mayor pobreza estructural, en las zonas rurales y en las comunidades de pueblos originarios.
Mala distribución
La Organización para la Agricultura y la Alimentación de la ONU calcula que en Argentina se producen alimentos suficientes para alimentar a 442 millones de personas, diez veces la población total del país. Ante este panorama, es sencillo darse cuenta de que el problema no está en la falta de alimentos, sino en su mala distribución.
Otro estudio realizado por el Instituto de Ingeniería Sanitaria de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires y el CEAMES revela que, en la Ciudad de Buenos Aires, por día se tiran aproximadamente entre 200 y 250 toneladas de alimentos en condiciones de ser ingeridos, algo así como 550 000 raciones de comida.
Si bien en las grandes ciudades es muy difícil imaginarse una situación como la que vivió Néstor, en las zonas aisladas del interior del país son situaciones un poco más cotidianas. La falta de educación provoca un alejamiento de la medicina. En Chaco, por ejemplo, el psicólogo Ariel Cáceres asistió a la familia del menor y expresó que se buscó romper las barreras culturales: “Si bien la familia tiene otras creencias sobre la enfermedad y la cura, tratamos de trabajar articulación. Que se pueda entender que la medicina puede ayudar”, señaló. Esto puede explicar, en parte, el motivo por el cual la familia decidió sacar al niño del hospital antes de que le dieran el alta.
Las pésimas condiciones de vivienda y la marginalidad seguirán provocando nuevos casos como el de Néstor. Si todos, como comunidad, dejamos de preocuparnos solamente por nuestra propia felicidad, lograremos mejorar la calidad de vida de todos, siendo más solidarios y estando más atentos a la necesidad de nuestro prójimo.
“Mi esposo se quedó sin trabajo, no teníamos ni para comer”
Cristina tenía muchos problemas, en su matrimonio había muchas peleas. Como su esposo estaba desempleado se refugió en los vicios, eso provocó discusiones y la rebeldía de sus hijos. Económicamente estaban muy mal, incluso llegaron a comer de la basura por no tener dinero ni para cubrir sus necesidades básicas.
“Estaba cansada de tantos problemas, pensaba que no había solución para mi vida, justo en ese momento conocí la Universal y decidí acercarme. Me orientaron a participar de las reuniones, puse en práctica todo lo que me enseñaron y vi resultados en mi vida”, afirma Cristina.
Al poco tiempo, cambió su interior y sus hijos fueron transformados, además su matrimonio fue bendecido y la paz se estableció en su casa. Económicamente salieron adelante, pues abrieron un negocio. Hoy toda la familia disfruta la felicidad y la armonía que hay en sus vidas.
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