Aquí vemos una de las discusiones más acaloradas entre Jesús y los religiosos judíos. Algunas de las palabras “suaves” que Él usó en referencia a ellos, incluían “esclavos del pecado”, “asesinos”, “hijos del diablo”, “no son de Dios”, “son de aquí abajo”, “van a morir sin perdón de sus pecados” y “mentirosos”. No fue en vano que al final del capítulo, los religiosos agarraron piedras para matar a Jesús.
¿Por qué Jesús fue tan duro con ellos?
Él mismo dio la razón: “La verdad os hará libres.” Esos religiosos habían oído esas palabras. Nadie jamás tuvo coraje de decirles lo que necesitaban oír. Ellos estaban llenos de sí mismos, convencidos de su santidad a causa de la religiosidad que practicaban. Estaban tan ciegos como un murciélago. Por eso necesitaban un tratamiento de electroshock. O se despertaban o morían de una vez por todas.
¿Usted ya fue duramente confrontado por la verdad? ¿Algún día la verdad ya lo lastimó? ¿Fue difícil oír esas palabras? ¿Qué fue lo que usted hizo? ¿Cambió o atacó a quien le dijo la verdad?
Quien gusta de la mentira es hijo del diablo. Él sí es maestro en agradar a los oídos de las personas, haciendo que se sientan muy bien consigo mismas mientras que ciegamente caminan hacia el inferno.
Jesús nos coloca a todos en jaque con estas verdades:
– Si vivimos en el pecado, somos esclavos de él
– Si no aceptamos a Jesús como quien Él dice ser, moriremos sin perdón de pecados, v.24 (atención religiosos e incrédulos que consideran a Jesús solo como un profeta o un buen maestro)
– Quien miente es hijo del diablo, así como todos los que hacen lo que el diablo hace (no todos son hijos de Dios, a fin de cuentas)
– O usted es de Dios o es del diablo, no hay una tercera opción
– O usted es del mundo de arriba o es del mundo de aquí abajo
Puede enojarse, si quiere. La verdad está dicha.
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