¿Usted ya se empapó con la lluvia? ¿Sintió las gotas tocando su rostro y apreció esa experiencia? Quizás su reacción no haya sido esa, pero sí fue la de la pequeña Kayden, de solo 1 añito, en California, Estados Unidos, al ver y sentir la lluvia por la primera vez.
La niñita parecía no creer en lo que veía. Ella intenta agarrar las gotitas de lluvia. Cierra los ojos y parece que quiere eternizar esa dulce experiencia. Le sonríe a su familia, grita y expresa su emoción de la manera que sabe hacerlo. La familia grabó ese momento tan especial y lo compartió con el mundo.
Vea:
Con el pasar del tiempo, sentir la lluvia será algo normal en su vida. Pero, a causa de la pureza del corazón de la pequeña Kayden, ese momento de descubrimiento se volvió especial. El Señor Jesús mencionó la importancia de esta pureza: “De cierto os digo, que el que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en Él.” (Marcos 10:15)
Usted ya debe haber observado a un niño pelearse con un compañerito e incluso decir que nunca más volvería a hablar con él, sin embargo, unos minutos más tarde, él es capaz de olvidar todo y jugar nuevamente.
Dios quiere que tenga esa sensibilidad, confianza y capacidad de perdonar e ignorar todo aquello que puede contaminar sus ojos y, consecuentemente, su corazón.
Y usted, ¿tiene la pureza de un niño? Deje un comentario en las redes sociales de la Universal.
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