Este mes hablamos en nuestras conferencias de la Terapia del Amor sobre la importancia de desprenderse de ideas, personas y cosas que molestan a nuestra vida sentimental. Ese apego impide que fluya el amor verdadero en nuestras vidas. Es natural al ser humano apegarse. Somos como un pegamento: nos apegamos fácilmente a las personas, a las cosas y a las ideas, a veces sin razón o explicación. Cuando ella son buenas o inofensivas, todo bien. Pero cuando no, pueden ser fatales para nuestra felicidad sentimental.
Ciertas personas también pueden ser uno de los mayores impedimentos a su felicidad sentimental. Las ideas viajan a través de las personas (en el cementerio no hay cambio de ideas) – y muchas personas son vehículos de ideas que hacen muy mal a su vida sentimental.
Para usted que quiere ser feliz en su matrimonio, no puede haber nadie entre ustedes, a no ser Dios. El momento en el que alguien entre en el medio de ustedes dos, será el comienzo del fin de esa relación.
Vea este video (3 minutos):
En la película, Clarice creció en un hogar donde la madre dominaba a todos, incluyendo al padre, con puño de hierro. Con su madre usando esa amargura, resentimiento y rabia para enseñarle, Clarice se transformó en una amargada, como ella. Después de sufrir un accidente en auto, Clarice y su madre se unieron para librarse del marido, Dave, mandándolo a irse de la casa. Pero Clarice reflexiona su situación con el marido y enfrenta a su madre. Ella finalmente entiende que para resolver los problemas con el marido, una de las cosas que tenía que hacer era cortar con esas influencias de la madre en su vida y en su matrimonio. “Yo no quiero terminar igual que tú,” – le dice Clarice a su madre, finalmente llegando a la lucidez.
La primera orden que Dios dio a la primera pareja fue:
Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. – Génesis 2:24
Si tenemos que dejar a dos personas a las cuales somos apegados desde que nacemos, para volvernos una sola carne con el cónyuge, ¿qué decir de las demás? Sin embargo, ¿cuántas parejas están dejando que hijos, hijastros, amigos reales o virtuales, suegra, padre, hermano, ex novio, ex esposa, una antigua pasión, mujeres desnudas en internet, amigos del WhatsApp, grupitos de chat etc. – LOS SEPAREN de verdadero amor?
Evalúe nuevamente a las personas a las que usted deja entrar en su vida. Considere con quién interactúa socialmente en las redes sociales. Piense si usted realmente necesita estar haciéndose fantasías con fotos y videos sensuales de personas que no tienen nada que ver con su vida, y aún perjudican su relación.
Despéguese de las personas que lo separan del amor. Deje a las personas que lo alejan de Dios. Despréndase de quien le hace mal.
Como Clarice hizo con la madre, este puede ser el primer paso para la reconstrucción de su relación, o la preparación para el inicio de una.
Extraído Blog Obispo Renato Cardoso
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