El terremoto que atacó a Nepal y a países vecinos el sábado 25 de abril dejó miles de muertos, heridos y desprotegidos. El sismo, que alcanzó 7,8 grados en la escala Richter (que sube hasta el 9), es uno de los peores de la historia del pequeño país asiático, que se encuentra a los pies de la cordillera del Himalaya. Al día siguiente, una réplica del terremoto alcanzó los 6,7 grados.
Los números oficiales dicen que hay 7500 muertos, pero las autoridades nepalíes señalan que pueden ser más de 10 mil – más de un cuarto de la población del país. Además de haber 8 mil heridos. Los vecinos de China, Bangladesh e India, además de la Región Autónoma del Tíbet, también sufrieron por los temblores, aunque en menor intensidad, pero también hubo muertos.
Incluso el mismo Monte Everest, el más alto del mundo, fue sacudido. Alpinistas y habitantes de la región están entre los muertos en una gran avalancha de nieve, hielo, y las búsquedas continúan.
Katmandú, la capital nepalí, vive la peor crisis de su historia. Las rutas están obstruidas. Edificios enteros cayeron. Enormes agujeros aparecen en las calles. Los pocos y precarios hospitales no alcanzan para atender a todos los heridos, que no dejan de llegar. Ya falta agua, energía eléctrica, comunicaciones, medicamentos y comida. En los aeropuertos no hay servicio. Gran parte de los nepalíes de las ciudades más pobladas duermen a la intemperie, por miedo a las réplicas sísmicas, que aún se están produciendo.
Vea a continuación un video aterrorizante que muestra el momento en el que alpinistas en el Monte Everest son sorprendidos por el terremoto:
La Biblia habla sobre los terremotos como una clara señal del principio de los dolores del Fin de los Tiempos.
Como si esto fuera poco, otras señales apocalípticas, como las crecientes guerras, o el enfriamiento del amor por el prójimo, el hambre y otros disturbios naturales y sociales, son cada vez más frecuentes y abundantes. Hace pocos días, por ejemplo, Chile presenció una de las más violentas erupciones volcánicas de su historia.
¿Usted aún tiene dudas de que las señales del Apocalipsis ya están sucediendo? ¿Está preparado para el Fin de los Tiempos? Usted, ¿está seguro de su Salvación?
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