Mi sufrimiento comenzó cuando aún era un niño. Nunca conocí a mi padre, pues además de nosotros él tenía otra familia y mi madre lo había expulsado de mi casa. Mi familia estaba destruida, mi madre se había relacionado con otro hombre y crecí viendo los golpes y los malos tratos que ella sufría. Eso me transformó en una persona depresiva, tenía pavor de estar solo, de la oscuridad, inclusive llegué a pensar en quitarme la vida cuando tenía 9 años clavándome un cuchillo en el estómago y asfixiándome. La vida ya no tenía sentido para mí.
A los 12 años comencé a oír todo tipo de música satánica, como Trash Metal, Nu Metal, Heavy Metal e Death Metal. Cuando estaba triste y deprimido, sentía que esa música me levantaba y me daba fuerzas. Sin embargo, en realidad, me había convertido en un joven agresivo, hacía que mi madre sufriera mucho con mis actitudes, además, la música me incitaba al satanismo y a la adoración a la muerte.
Comencé a tocar la batería, al principio solo, pero con el tiempo conocí a amigos que me invitaron a formar una banda de Metal. Empecé a concurrir a las discotecas, a tomar y a fumar marihuana, al punto de perder el sentido de tanta droga, a vagar en las calles de noche solo y a oír voces que me decían que me quitara la vida.
Pero un día, un compañero del trabajo de mi madre me invitó a participar de una reunión en la Universal y decidí concurrir. En la Fuerza Joven Universal me aceptaron y me recibieron sin juzgarme por mi apariencia, sino que me apoyaron en el proceso de abandonar esa vida.
Hasta que comprendí que el cambio que deseaba en mi exterior no sucedería si no cambiaba por dentro. Entonces tiré la ropa, los dibujos, los discos y me liberé de los vicios, de la depresión. Tuve un encuentro con Dios y ese vacío que había dentro de mí se terminó, ahora soy un joven feliz, no necesito drogas ni oír música pesada para sentirme bien.
Fui levantado a obrero y ahora uso el talento de tocar la batería en la banda de la Fuerza Joven de México, lo que para mí es la realización de un sueño. Hoy tengo objetivos en la vida, mi madre también se entregó a Jesús y lo más importante es que tengo la certeza de mi Salvación.
Miguel Ángel