Vea la perspectiva de vida abundante por la fe a través del dócil comportamiento de las ovejas y sus corderos.
Ellos no son animales comunes. Sus características indican que su crianza tuvo, por el Altísimo, un propósito súper especial: representarlo en la obra de la Salvación Eterna.
La oveja es el único animal totalmente vulnerable. O sea, diferente a todos los demás animales, la oveja no posee sentido de autodefensa ni se defiende. Su vida y seguridad dependen enteramente del pastor. Si este es relajado, ella estará perdida.
Isaías profetizó sobre Jesús diciendo: Angustiado Él, y afligido, no abrió Su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de Sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió Su boca. Isaías 53:7
El texto profético muestra claramente la postura indefensa del cordero y de la oveja (el cordero es la cría de la oveja hasta el año de vida).
Mis ovejas oyen Mi voz, y Yo las conozco, y Me siguen. Juan 10:27
La oveja de Jesús oye la voz de Jesús, reconoce la voz de Jesús y obedece la voz de Jesús porque confía en la Palabra de Jesús.
¿No será ese el gran misterio que envuelve la fe consciente? Sí, porque oír, reconocer, obedecer y confiar no tiene nada que ver con la fe emotiva, la fe que siente eso o aquello.
Como un tipo de Jesús, la oveja enseña cómo mantenerse en armonía con el Pastor amado y gozar de Su provisión y seguridad. Ella conoce la voz de su Pastor y obedece porque en Él confía. Su vida depende de la obediencia incondicional a Su liderazgo absoluto.