“Respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo; y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas éstos no quisieron venir.” Mateo 22:1-3
Entonces, el rey ordenó:
“Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis. Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados.” Mateo 22:9-10
Los primeros siervos salieron a llamar a los convidados. Sin embargo los convidados no quisieron participar. Entonces, los siervos volvieron con las “manos vacías”. A causa de eso, el rey envió a otros siervos y les dijo: “Díganles a los invitados que ya preparé el banquete. Está todo listo. Vengan a las bodas.”
Perciba en el pasaje bíblico la paciencia infinita del rey en insistir con los invitados. Él envió por segunda vez otro grupo de siervos, pero las personas no le dieron importancia nuevamente. Incluso a algunos los maltrataron y mataron a una parte de los siervos que hicieron la invitación. Y, claramente, el rey se enojó con aquella situación.
Envió a sus tropas, exterminando a aquellos asesinos. Aunque, ellos eran los invitados, o sea, del punto de vista del rey, eran personas honradas, importantes, pero ellas no percibieron la importancia que el rey les estaba dando y, en vez de aceptar la invitación, maltrataron a los siervos. Nuevamente, el rey le dijo a sus siervos: “La fiesta está lista”. Pero los convidados ya no eran dignos.
Dio la orden para que los siervos fuesen a las encrucijadas de los caminos e invitasen a todos los que encontrasen. Ellos reunieron a todas las personas – tanto a las malas como a las buenas. La sala del banquete estuvo repleta de convidados.
El Rey desea su presencia
Es posible que muchos de estos convidados (malos y buenos) fuesen mendigos, personas desamparadas por la sociedad, “los rechazados”. Imagínese a una persona con mal olor, tirada en la calle, con hambre, siendo invitadas a las bodas del hijo del rey. Tal vez, entre esas personas, había ladrones, asesinos, adúlteros, adictos. Personas que si muriesen no le harían falta a la sociedad.
Tal vez usted haya sido despreciado (o despreciada) por la sociedad por algún motivo. Tal vez lo hayan ignorado y no le han dado valor o reconocimiento. Usted se siente totalmente abandonado. Y la humillación ha hecho parte de su vida.
Puede ser que usted, en este momento, esté pensando:”Yo debería haber muerto. Mi vida ha sido un infierno. Sufrí muchas injusticias. “Pero Dios leestá extendiendo esta invitación. El Rey de reyes desea a las personas exactamente como usted en Su fiesta.
El día 14 de junio se realizará, en la Universal, “La fiesta del Rey”. Para encontrar la dirección de la Iglesia más cercana a su casa, ingrese aquí.No deje también de hacer esta invitación a las personas que conoce y comparta este mensaje en las redes sociales. Será una fiesta monumental.
[related_posts limit=”10″]