¿Ya escuchó o dijo alguna de las siguientes frases?
– Mi marido y yo no conversamos hace mucho porque él siempre llega cansado del trabajo;
– No logro prestarle atención a mi compañero porque o tengo tiempo;
– Estoy bien solo, ¿para qué enamorarse y comenzar a tener dolores de cabeza?
Ahora, responda:
– ¿Cuántas veces al día habla con su compañero?
– ¿Cuál fue la última vez que compartieron tiempo de calidad?
– ¿Cuántas invitaciones de aquel pretendiente ya rechazó, alegando no tener tiempo?
Es común que, con el ritmo ajetreado en el que se vive todos los días, las personas noten cada vez menos a los demás. Muchas veces no sabemos ni el nombre de nuestro vecino. Y eso se refleja en la vida personal y, principalmente, amorosa. La falta de tiempo impide que muchos le den la atención necesaria al amor.
Pero esa falta de cuidado da como resultado fracasos en las relaciones. Porque, quien no se dedica al matrimonio, termina pasando tiempo con la soledad, la inseguridad y el desamor, hasta llegar al divorcio.
Reflexione: Al ser humano se le enseña a prepararse para ingresar al mercado laboral. Dedica mucho tiempo para aprender sobre la profesión de su elección a través del estudio. Y, a lo largo de su carrera, toma nuevos cursos para perfeccionarse.
Lo que la sociedad no muestra es que, así como es muy importante prepararse para la vida profesional, también lo es saber cuidarse y dedicarse a la vida amorosa. Al final de cuentas, si la relación de una persona no está bien, sea con ella misma o con el prójimo, todas las demás áreas de su vida serán problemáticas.
Recuerde: el amor es más que un sentimiento, es una decisión. Decida ser feliz.
“Estuve sola por muchos años”
Susana Castillo: “Cuando era chica sufrí un abuso por un tiempo prolongado, me callé pero crecí con ese recuerdo. En mi adolescencia, si bien era feliz, siempre estaba ese miedo, me costaba tener una relación. Me puse de novia y después quedé embarazada, entonces nos casamos. Pensé que iba a ser feliz pero no resultó. Mi hijo murió al año y dos meses, tuve otro bebé, pero el matrimonio comenzó a fracasar. Había enfriamiento, poco diálogo y me sentía muy sola. Lo hablamos y decidimos separarnos.
Estuve sola por muchos años, no confiaba en las parejas, pasaron como diez años y dije que quería volver a formar una familia. Conozco a mi actual esposo, estuvimos bien pero a los cuatro años comenzaron los problemas. Yo estaba depresiva, no dormía y pensaba en la muerte. Peleábamos, lo culpaba, lo desvalorizaba como hombre, lo echaba de casa y el volvía.
Ocultaba lo que le pasaba y sufría en silencio, tuve un tercer intento de suicidio y él se asustó. Entonces, me invitaron a la Universal, perseveré en las reuniones y me liberé de todo lo que me había hecho sufrir por años. Mi matrimonio cambió, tenemos paz, paciencia, resolvemos las cosas hablando”.
Todos los jueves a las 16 y 20 h te esperamos en la Terapia del amor, Av. Corrientes 4070, Almagro.
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