Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta. Santiago 2:17
No se puede contar con nadie o nada muerto. Así también es la fe, muerta no sirve para nada.
Si entre nosotros y el bien que queremos hay una barrera espiritual, ¿cómo vencer, si la fe está muerta? Por eso, muchas personas luchan, trabajan duro y nunca tienen nada. Luchan por mucho, pero tienen poco.
Usar la fuerza del brazo para vencer esta barrera espiritual es en vano. Usted va a trabajar toda la vida y nunca tendrá nada. Será como esas personas que cuando conquistan un poco, lo pierden.
Hasta que Abraham fue llamado por Dios, su fe estaba muerta. Lo que él tenía era consecuencia de algo natural. Él heredaría los bienes de sus padres de forma natural, pero moriría sin realizar el sueño de tener un hijo, pues era algo imposible.
Sin embargo, cuando oyó la Voz de Dios y obedeció, la fe revivió. La barrera que estaba entre él y su sueño fue quebrada. El bien que tenía, Isaac, fue multiplicado extraordinariamente como la arena de la playa.
Las obras de la fe son los resultados, los beneficios de ella. Si yo digo que tengo fe, pero no hay resultados, obras o algo visible que muestre esa fe, entonces está muerta. La fe muerta se rehúsa a OFRECER.
¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras está muerta? ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el Altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura… Santiago 2:20-23
La fe viva OFRECE.
Abraham ofreció su todo en el Altar consumando la fe, y Dios le ofreció a Abraham Su todo. Es mi todo por el todo de Dios.
Colaboró: Obispo Romualdo Panceiro