“No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo. No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, y mañana te daré, cuando tienes contigo qué darle.”
(Proverbios 3:27-28)
Según el diccionario bíblico, la misericordia es una virtud por la cual el cristiano es bondadoso con los necesitados. Es también la bondad, el amor y la gracia de Dios para con el ser humano, manifiestas en el perdón, en la protección, en la ayuda, en la atención a las súplicas. Esa disposición de Dios se manifestó desde la creación y acompañará a su pueblo hasta el Fin de los Tiempos.
Quite la barrera que le impide ejercer la misericordia
“Un amigo me llamó para que cuide su dolor, guardé el mío en el bolsillo, y fui” – Clarice Lispector.
Si usted tiene pena de sí mismo y de su situación al punto de no preocuparse por los demás, está dejando de cumplir el mandamiento de amar al prójimo como a sí mismo, y eso perjudica su vida espiritual.
La Biblia relata que hubo un tiempo en el que la Iglesia de Macedonia enfrentó muchas dificultades, pero no esperó que la situación mejorara para seguir haciendo el bien y el apóstol Pablo dejó eso registrado para que lo tomemos como ejemplo:
“…que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad. Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aún más allá de sus fuerzas,pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos.Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios.” (2 Corintios 8:2-5)
Reparta lo que tiene. Puede ser poco a sus ojos, pero puede ser todo lo que alguien necesita: “…compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.” (Romanos 12:13)
Libérese del síndrome del “pobrecito”
No deje que el egoísmo le impida hacer el bien. Quien hace el bien recibe el bien, no permita que la auto piedad, auto compasión y la auto victimización lo desanimen:
“…Estas cosas os He hablado para que en Mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, Yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33)
Las recompensas de actuar con misericordia
Porque Dios es generoso con nosotros a medida que lo seamos con nuestro prójimo: “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.” (Lucas 6:38)
Porque el que es misericordioso, recibe misericordia: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.” (Mateo 5:7)
Incluso en su rutina diaria usted puede encontrar maneras de servir a su prójimo. Hasta el que no tiene ningún recurso puede ser misericordioso. El que no tiene tiempo puede ser misericordioso.
Vea a continuación 10 ejemplos de actitudes que no cuestan nada y que harán de usted una persona con la virtud de la misericordia:
1- Evangelizar, hablar de Dios a las personas.
2- Orar por alguien que está sufriendo.
3- Darle una sonrisa al saludar a las personas.
4- Ser gentil con alguien.
5- Darle prioridad a las personas mayores, embarazadas, o con alguna urgencia.
6- Llevar algo para ayudar a alguien más débil físicamente.
7- Divulgar una causa social verídica en las redes sociales.
8- Ayudar a alguien en algo que usted sabe hacer.
9- Cuidar a alguien enfermo.
10- Hacer una limpieza y donar lo que usted ya no usa.
“Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?” (Santiago 2:14-16).
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