La elección del nombre de una persona cuenta con ciertas limitaciones que pueden llegar a facilitar la tarea, como por ejemplo la moda, costumbres, limitaciones legales, listas o incluso catálogos que pueden adquirirse en cualquier librería. En cambio si el fundador de una empresa tiene que pensar qué nombre ponerle, la premisa inicial a tener en cuenta y de la cual deberá partir es una sola: cualquiera, cuenta el sitio iEco.
Uno de los consejos que suelen dar los expertos en el tema es que todo buen nombre debe ser “pegajoso”, un término tan poco técnico como infaltable.
Por ejemplo, según cuenta la leyenda, el nombre de Apple fue inspirado durante la estancia de Steve Jobs en una comuna de Oregon rodeada de árboles de manzana ¿Y acaso podemos imaginar cómo terminó llamándose finalmente la que originalmente fue bautizada como Blue Ribbon Sports? Nike. ¿Les gustaría saber el significado de Häagen-Dazs, la exitosa empresa internacional fabricante de postres helados? Pues bien, aquí develamos su significado: nada. El nombre suena exótico pero no significa absolutamente nada. Simplemente fue elegido para asegurarse que nadie lo estuviera usando en ningún lugar del mundo.
¿En qué radica entonces el éxito de una empresa? En muchas cosas, entre ellas la elección de un nombre adecuado. A la hora de iniciar una empresa téngalo en cuenta. Que tenga dos sílabas, que sea “pegadizo”, que cuente una historia. Ah sí, y que sus productos valgan la pena, claro.
Ellos priorizaron el Altar
Yolanda: “Tenía una vida llena de deudas, de miseria, enfermedades y humillaciones. Era una mujer frustrada, envidiada. Conocí el Congreso para el Progreso y empecé a participar. Entregué mi vida en el Altar y empecé a luchar, sacrifiqué y envié mi pedido al Templo de Salomón. Gracias a Dios mi vida cambió, hoy tengo dos casas, campos en el interior del país, pude pagar deudas por 6 millones de pesos, mi familia es feliz y estoy sana”.
Daniel Morán viajó a Buenos Aires buscando un futuro mejor, pero nada de lo que soñaba sucedió: “Vivía de prestado, dormía en el piso porque no podía comprar una cama, solamente tenía un colchón. Estuve 8 años viviendo así, era humillante. Soñaba con tener mi casa”, cuenta.
“Al tiempo de participar de las reuniones en la Universal, el pastor habló de la campaña en el Templo de Salomón y decidí participar, lo vi como la gran oportunidad de cumplir mi sueño. Sacrifiqué, envié mi pedido al Templo de Salomón y Dios me respondió. Hoy tengo mi casa propia, con todas las comodidades, amplia, amoblada y moderna, valuada en 800 mil pesos”.
Congreso para el progreso, todos los lunes a las 8, 10, 16 y especialmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
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