Con decenas de redes sociales y canales de comunicación vía internet, muchas personas hoy en día viven más conectadas con el mundo virtual que con el real. Y hay quienes no aceptan, de ninguna manera, compartir las contraseñas personales con el/la compañero/a.
Pero, ¿es realmente necesario que las comparta? ¿Cuál es la razón? ¿No habrá suficiente confianza en la otra persona? ¿Y las contraseñas bancarias? ¿Usted se sentiría más seguro en su relación solo por tener las contraseñas y “seguir de cerca” todo lo que el otro está haciendo o con quien está conversando?
Por otro lado, relacionarse con una persona que guarda secretos bajo “siete llaves” parece un poco extraño. Pero, ¿hasta qué punto hay que compartir su intimidad con quien está a su lado? O mejor dicho, ¿Hasta dónde hay que contar? Después de todo, una cosa es mantenerse reservado durante el noviazgo pero, ¿Y después del casamiento?
Si no existe confianza durante el noviazgo – momento en el que la pareja se está conociendo – ¿el hecho de compartir contraseñas traerá algún alivio para esa relación?
Para el escritor y conductor Renato Cardoso, el quiebre de la confianza es uno de los problemas más serios en las relaciones actuales. “En un mundo en el que la mentira, el engaño y la traición solo aumentan, no es difícil entender el por qué hay matrimonios que se destruyen por la falta de confianza”, escribió él en su blog personal (lea el texto completo haciendo click aquí).
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