Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en Él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho… Juan 4:39
Así también son muchas personas que, para manifestar la Fe y creer de verdad en Dios, necesitan ver y oír el testimonio de terceros. Al contrario de los grandes héroes de la fe, ¡que solo necesitaron una palabra para ser estimulados a depender de Dios!
Podemos citar los ejemplos de Abraham, Noé y Daniel, que oyeron la Voz de Dios y tomaron una actitud basada en ella. ¡El estímulo fue la Palabra de Dios y nada más!
Incluso entendemos que una persona que está llegando de un mundo de incredulidad y dudas tenga cierta dificultad para creer, pero después de experiencias con el Poder de Dios, ella no puede necesitar más de otro estímulo, más allá de la propia Palabra de Dios.
Vea a continuación del texto:
Entonces vinieron los samaritanos a Él y Le rogaron que Se quedase con ellos; y Se quedó allí dos días. Y creyeron muchos más por la palabra de Él, y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente Este es el Salvador del mundo, el Cristo Juan 4:40-42
¿Qué lección sacamos de esa visión?
-La persona que se dice cristiana no puede invertir en otra cosa que no sea la Palabra de Dios;
-Aquel que anuncia esta Palabra tiene que luchar para conquistar y no perder su credibilidad, pues, así, ¡quien le oiga tendrá como único estímulo la Palabra de Dios!
¡Dios los bendiga abundantemente!
Colaboró: Obispo Guaracy Santos