De lejos es posible ver las gramíneas y los árboles que cercan el río Jordán, donde está Juan el Bautista. A su encuentro viene Jesús que hace poco pasó por Galilea.
El Mesías, el Salvador preciosamente esperado, le pide que Juan Lo bautice en las aguas del Jordán, caracterizadas por el tono de color verdoso.
Juan, por otro lado, no está de acuerdo con Jesús y lo cuestiona diciendo: “Yo necesito ser bautizado por Ti, ¿y Tú vienes a mí?”
Entonces Jesús le contesta diciendo: “Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.” Así, Juan concuerda en bautizarlo.
Tan pronto como subió del agua, el cielo se abre y el Espíritu de Dios desciende sobre Jesús. Y una Voz que viene de lo Alto dice: “Este es Mi Hijo amado en quien Me he complacido”.
La narración de arriba puede ser encontrada en el libro de Mateos, capítulo 3, versículo 13 al 17, y registra un momento muy especial del período en el que el Señor Jesús realizó Su misión en este mundo.
Recientemente la región del río Jordán, lugar en el que Cristo fue bautizado, se volvió un patrimonio mundial de la humanidad – título otorgado por la Unesco (Organizaciones de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).
Esa categoría garantiza a los lugares que están en la lista, mayor visibilidad en el escenario internacional, además de la posibilidad de una recepción de fondos para la conservación. Actualmente son más de mil lugares registrados, siendo que 142 de ellos están en Latinoamérica.
Si usted desea conocer el verdadero significado del bautismo, participe de un encuentro en una Universal. Vea aquí la dirección más cercana a su casa.
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