El fundamento de nuestra fe no está en la teoría. El apóstol Pablo dijo: “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa.”, (Hechos 16:31).
¿Qué implica creer en Dios? Entregarle la vida de manera incondicional, de manera de hacer lo posible y lo imposible para agradarlo. ¡Y nada agrada más a Dios que hacer Su voluntad! Que es oír y practicar Su Palabra. Esa es la fe sacrificial. Ese es el tipo de fe que Dios requiere de cada uno de nosotros, la fe que nos hace dependientes de Él. Por esa dependencia obedecemos, aun en las dificultades, sacrificamos nuestro yo, nuestra paciencia, sacrificamos todo para obedecer a la Palabra de Dios.
La creencia implica sacrificio, usted tiene que renunciar a su yo, tiene que renunciar a su primer amor, que en general es el hijo, la hija, la novia, el novio, en fin. Todas esas personas son importantísimas, la familia es importantísima, pero primero está mi Señor. Él es el Primero en mi vida. Por eso Jesús dice: “El que ama a padre o madre más que a Mí, no es digno de Mí; el que ama a hijo o hija más que a Mí, no es digno de Mí, (…) el que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por Mi causa, la hallará.”, (Mateo 10:37-39).
Ese es el secreto de la fe, el misterio de la fe, la fe inteligente, sacrificial, la fe que lo acerca a usted a Dios, que trae resultado, que hace la diferencia entre los que creen de verdad y los que no.
Muchos que se dicen cristianos tienen fe en la Palabra de Dios, creen pero ¡no obedecen! Entonces, esa creencia es falsa. Y la vida de esos creyentes también es falsa porque la vida es el resultado de la fe que uno práctica.
Si usted ama a Dios como dice que Lo ama, si cree en Dios como dice creer, entonces sus pensamientos están impregnados de Sus pensamientos. En cualquier momento de su vida su pensamiento está unido a Él. Si usted va a hacer algo que sabe que es incorrecto, inmediatamente se enciende la luz amarilla, y usted dice: “No voy a hacer eso porque a mi Señor no Le agradaría.”. Usted vive la fe las 24 horas, no solo cuando viene a la iglesia. Eso significa que usted está viviendo por la fe, que usted está viviendo en la fe, porque su ser está impregnado de los pensamientos de Dios y preocupado para no dejar de obedecerlos.
Lo que nos hace justos delante de Dios, es nuestra fe práctica, la fe sacrificial, que es lo más difícil, que usted renuncie a su voluntad para hacer la voluntad de Dios. Usted Le entregó su vida a Jesús, se casó con Dios, se casó con el Señor Jesús, entonces, a partir de ese momento, usted dice: “Yo no voy a prostituirme más”, “ya no voy a traicionar a mi mujer, a mi marido”, “ya no voy a hacer más lo que hacía, que sabía que estaba mal. Mi conducta será moldeada en la Palabra de Dios, Aquel a quien Le entregué mi vida”.
Si usted no encaja en esa fe sacrificial, que es mucho más que una simple creencia, trate de hacerlo. A partir del momento en que usted le ofrezca su vida a Jesús, estará listo para sacrificarse a sí mismo, sus valores personales, su egoísmo, por la fe que usted manifiesta en el Espíritu Santo.
Secretos y misterios de la fe con el obispo Macedo, todos los domingos a las 18h, en Av. Corrientes 4070 – Almagro y en todas las Universal del país por videoconferencia.
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