El día comienza y, para despertarnos, generalmente un café bien dulce está bien. En el momento del almuerzo, para acompañar la comida, el jugo, sin hablar del postre de después. A la noche, en la cena una gaseosa bien helada. Claramente que esos son algunos ejemplos, pero miles de personas han incluido en su dieta, bebidas que, por contener mucha azúcar, traen diversos perjuicios a la salud y pueden incluso llevar a la muerte.
El resultado de un estudio hecho por la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos, alerta que en 51 países el consumo de gaseosas y otras bebidas endulzadas son las responsables por más de 180 mil muertes por año. “Existen fuertes evidencias de que mucha azúcar en la dieta aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes, gota, hígado grasoso y algunos tipos de cáncer. Otros punto es el aumento de la ansiedad, hiperactividad, irritabilidad y la reducción de la capacidad de concentración”, explica Daniel Pecchio, nutricionista graduado en la Universidad de San Pablo.
Si usted es de aquellos que son adictos a bebidas dulces esté atento. Juliana da Costa Silveira, nutricionista y maestra en ciencias bioquímicas, revela que una latita de 355 ml de gaseosa posee aproximadamente 36g de azúcar, lo equivalente a nueve cucharas de té de azúcar. “Además de la gaseosa, debemos preocuparnos con otras bebidas que pueden parecer saludables, pero que no lo son justamente por causa de la alta cantidad de azúcar. Entre los ejemplos están el néctar de fruta (la lata de 355 ml tiene aproximadamente 39g de azúcar o 10 cucharas de té) y el té tipo “Té frio” (la lata de 355 ml tiene aproximadamente 30g de azúcar, ocho cucharas de té)”, resalta. Bianca Gonçales Pimentel, de 25 años, no tenía la costumbre de prestar atención a la alimentación y consumía con frecuencia jugos endulzados. “Yo también comía y bebía lo que quería cuando tenía hambre. Pizza, por ejemplo, todos los fines de semana y gaseosa”, recuerda.
Todo cambió cuando, hace un año y medio, ella comenzó a trabajar en un estudio de Pilates, lugar para la práctica de ejercicio que se enfocan en la fortaleza muscular. “En ese trabajo, comencé a entender la importancia de cuidar la salud por medio de la alimentación. Conocí una nutricionista en un evento y ella me aconsejó”, cuenta.
Bianca decidió priorizar la calidad de vida, en vez del deseo desenfrenado de consumir lo que le parecía bien. “Pasé a consumir frutas, panes integrales, queso blanco, arroz integral y carnes cocidas y a comer cada tres horas. Saqué el azúcar de la alimentación. Nada de gaseosas o cualquier otra bebida excesivamente azucaradas”, dice.
Pero según la joven, no fue nada fácil. “Sentía muchas ganas de beber y comer dulces, principalmente después del almuerzo. La estrategia fue cambiar el dulce deseado por gelatina light y mantener la fuerza de voluntad, pues los resultados eran visibles”, agrega.
Cuatro meses después de haber adoptado una nueva alimentación, ella percibió los resultados en el cuerpo y en la salud. “Adelgacé nueve kilos. En el inicio noté que me deshinché, pues la hinchazón era causada por el consumo excesivo de azúcar. Mi cuerpo cambió mucho, mi piel está más linda, pase a tener más disposición, a dormir mejor y a querer cada vez más superar los límites”, cuenta.
La transformación en su vida fue tan profunda que ella desea trabajar en el área nutricional para ayudar a otras personas. “Me enamoré de este estilo de vida. Hoy soy estudiante de educación física y pretendo hacer nutrición con el foco en el segmento deportivo”, revela.
La importancia del aspecto emocional para la dieta
Una situación de nerviosismo, ansiedad o tristeza incentiva a muchas personas a consumir bebidas y alimentos en exceso. “Hay personas que usan diariamente los dulces y las bebidas azucaradas como antidepresivos. Otros comen para ocupar las tardes de un día tedioso. Por eso, en esos casos, el consumo solo será reducido cuando la persona trate la raíz del problema”, explica Daniel Pecchio.
Actitudes como esas pueden volverse un mal hábito. Entonces, si usted ha descargado sus problemas por medio de la alimentación, es importante buscar ayuda para solucionarlos. Además de eso, el especialista afirma que no es necesario excluir esos productos de la dieta, sino reducir el consumo, cuando fuera exagerado. “No hay necesidad de extremismo. ¿Usted consume gran cantidad de dulces todos los días de la semana? Intente pasar a comerlos cinco veces por semana o disminuir un poquito la cantidad que ingiere. Las grandes conquistas comienzan con pequeños pasos”, finaliza el nutricionista.
Sustituya el azúcar
Según la organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de azúcares debe ser menor que 10% del valor calórico total de la dieta diaria, o sea, no mayor a 200 calorías (50g de azúcar) por día para una persona cuyas necesidades nutricionales es de 2000 calorías por día. Juliana da Costa Silveira, maestra en ciencias bioquímicas, generalmente orienta al paciente a comenzar a reducir la cantidad que ingiere.
“En sustitución de las bebidas, sugiero el consumo de agua, aguas saborizadas (agua con pedazos enteros de frutas, o jengibres, o hiervas), té caliente o frio, jugos sin azúcar y jugos naturales e integrales diluidos”, afirma Juliana.
Una alimentación equilibrada resulta en un sueño tranquilo, en peso ideal y salud al día. Usted es lo que come. Por eso, preste atención a su alimentación y no se engañe con las etiquetas de alimentos industrializados. Entonces, ¿Qué tal comenzar el cambio en su dieta hoy?
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