Los medios modernos hablan bastante sobre las necesidades de una mujer en una relación. Claro, no está mal.
Pero poco se habla de las necesidades del hombre en la relación. El matrimonio, o incluso el noviazgo y compromiso, son compromisos entre dos personas, en los cuales ambas tienen sus respectivas dosis de responsabilidad, esfuerzo y consideración. Tanto es que, cuando solo un lado tiene conciencia de eso, el matrimonio está destinado a la separación.
Y hay algo curioso: ¡no basta que una esposa cumpla su parte, ella tiene que hacer que el marido lo note!
De las necesidades de un marido, siete de ellas son básicas. Comencemos:
Respeto – No es por casualidad que él está en el primer lugar de la lista. “Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.” (Efesios 5:33). Dios sabe lo que dice en este versículo. Está la parte que le corresponde al hombre, pero también tiene que saber que su esposa lo respeta por encima de cualquier otra persona. Todo hombre ya tiene cierta presión interna para ser bueno en lo que hace, una exigencia personal. Pero, cuando su mujer lo respeta, él siente que es exitoso en la relación familiar más importante de su vida. Muchos que no perciben ese respeto en su casa, lo buscan de manera incorrecta, fuera de casa (en el trabajo, por ejemplo). Respetado en casa, el marido encuentra más firmeza para enfrentar la vida, pues quiere hacer por merecer ese respeto. Si más mujeres supieran lo cuanto eso fortalece a su compañero, veríamos más hombres y parejas exitosas. Vale repetir: no basta respetarlo, él tiene que saberlo.
Admiración – Todo hombre quiere ser deseado por la esposa. Físicamente y en otros sentidos. Quiere sentirse fuerte, vigoroso para aquella a quien ama. Si hay una dificultad financiera y la esposa reclama de eso en todo momento, esa crítica en vez de impulsarlo, funciona de modo contrario: el sujeto piensa que, por más que se esfuerce, la mujer nunca reconocerá eso. Y él para de intentarlo. Sin embargo, si él siente el apoyo femenino, recarga las baterías y corre atrás.
Paz y tranquilidad – “El hogar de un hombre es su castillo”, dice el viejo dicho. Y es correcto, pues por más que sea humilde, la casa es donde él protege a su familia de los problemas de “allá afuera”, y es también donde él descansa para esa lucha diaria. Es importante tener momentos de distracción, reponer energías, sentirse en paz bajo su techo. Si el individuo no tiene paz en su casa, no la verá como el refugio que él necesita. Él tiene que sentir placer de volver a casa y encontrarse con usted – y los hijos, si es el caso. Ese “retiro” lo fortalece para un día más.
Compromiso – Quién cree que al hombre no le gusta eso está completamente equivocado o equivocada. Cuando alguien se casa, se convierte en el “número uno” de la otra persona de allí en adelante. Al marido le gusta estar en ese lugar para su amada, y percibiendo eso, la ve en el mismo lugar. Un hombre de verdad no quiere ver a la esposa como su posesión, pero le gusta saber que ella es fiel a él, y no solo en el sentido conyugal. Eso es un señor combustible para el amor y el matrimonio.
Aceptación – no faltan mujeres que se esfuercen todos los días para cambiar a sus maridos… Bien, ellos son adultos y buscan una esposa, no una madre. Si una mujer cree que un hombre no es maduro para el matrimonio, debe observar eso antes de firmar un compromiso con él. Otra: a él le gusta saber que usted le da importancia a sus pasatiempos e intereses. Si aquel partido de futbol con los amigos o aquella corridita en el parque alivian el estrés y lo divierten, muéstrele que está feliz por eso. No es necesario que él meta un gol o que llegué en primer lugar para sentirse un vencedor, sino percibir que su fan número uno está en la hinchada, aunque esté a distancia.
Reconozca sus esfuerzos – Sí, un hombre quiere ser exitoso en lo que hace, y no es solo en el trabajo o en el matrimonio. Puede ser incluso en el arreglo de la pileta de la cocina, mantener el césped del jardín siempre verde y bonito, o en los resultados de los ejercicios físicos. Eso es un incentivo que rinde óptimos frutos, principalmente si vienen de aquella a quien él más ama.
Colóquese en el lugar de él – muchas mujeres reclaman que quieren ser oídas, liberar sus emociones (sobre todo las negativas), pero que los maridos, cuando las escuchan realmente, intentan solucionar la situación, cuando deben tan solo ser buenos oyentes. Bien, un hombre no entiende bien ese remolino emocional. Si él ve a la esposa triste o decepcionada, entra en pánico, pues no quiere verla así… Y, en su mente, cree que tiene que hacer algo para que ella se sienta mejor, pues quiere lo mejor para usted. De cierta forma, el hombre se siente responsable por el estado de la amada en aquel momento, aún cuando no lo es. Si fuera ese el caso, haga un esfuerzo para que él sepa que no es el causante de la tristeza o decepción, que, aunque usted este así, las cosas estarán bien entre ustedes dos. Con eso, él se sentirá que bastó oírla, estar allí, y no necesita hacer nada más que eso.
Esas son tan solo algunos consejos. Pero hay muchas otras para maridos y esposas en la Terapia del amor. Participe los jueves a las 20 h en Avenida Corrientes 4070 en Almagro (Buenos Aires, Argentina).
[related_posts limit=”15″]