Jóvenes y hombres eufóricos sostienen en sus manos a una cabra, de aproximadamente seis meses, y la arrojan a una laguna, como si lanzaran cualquier objeto. La mirada de inocencia y, al mismo tiempo, de pavor del animal prevé la escena que ya se repite hace 900 años, en el mes de agosto. Entre empujones, mordidas y estrangulación, el mamífero es destrozado vivo por decenas de aldeanos. La lenta muerte de cada cabra lleva por lo menos 40 minutos de extremo dolor y tortura. Los espectadores que están alrededor son el pueblo indígena Newar, perteneciente a una de las más antiguas aldeas del Valle de Katmandú, la Khokana, ubicada en el centro de Nepal. Los niños atónitos también presencian la ceremonia. En el futuro, ellos serán los que “celebrarán” el festival Deopokhari, que sigue acompañado de danzas, música y comidas tradicionales. Toda la crueldad es en el nombre del ‘dios’ de la diversión.
En el siglo 12, los habitantes comenzaron a ahogar a machos cabríos vivos en el lugar, en un intento de “apaciguar a los dioses”, después de que un niño del pequeño pueblo murió ahogado. Los aldeanos también compiten entre ellos y creen que, quien logre matar primero a una cabra, tendrá un año de prosperidad. Sin embargo, de acuerdo con informaciones del periódico Daily mail, activistas de los derechos de los animales denominan la celebración religiosa como bárbara. Para Mimi Bekhechi, director de la mundialmente renombrada PETA, asociación que defiende a los animales en Reino Unido, la ceremonia demuestra la falta de respeto por la vida. “Hay pocos seres vivos dóciles e indefensos como los cabritos, víctimas de este acto de barbarie”.
Derechos de los animales
La ONG Animal Welfare Network Nepal (AWNN) lideró una campaña contra el festival durante años, y ahora consiguió el apoyo internacional en la lucha. El AWNN condena el acto de sacrificio en Deopokhari, “excepcionalmente salvaje y repugnante que afecta a la reputación internacional del país”.
Personas de toda Europa y de Nepal lanzaron una serie de peticiones online pidiéndole al gobierno nepalí la prohibición de la matanza de animales en los festivales. “Nadie puede explicar adecuadamente por qué esta práctica es realizada año tras año, excepto para decir que es una ‘tradición’ ”, dijo GeoffKnight, quien inició el pedido original. La nepalí Bidhata Singh, que también realizó una petición en contra del sacrificio, agregó: “La experiencia del macho cabrío es insoportable. Todos los años en Nepal, animales son sacrificados en nombre de la religión o de la tradición, lo que es totalmente diabólico, inmoral y loco”.
El mes pasado, el festival hindú Gadhimai Mela, en honra a Gadhimai, la diosa del poder, que decapitaba a búfalos, se prohibió en el país. Solo en el 2009, más de 500 mil búfalos, cabras, gallinas y otros animales fueron asesinados en la celebración, que se realizaba cada 5 años, cerca de la frontera con la India.
Y usted, ¿cree que este festival sangriento puede traerle algún tipo de paz a la población?
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