Dios habló a través de Jeremías, preste atención, razone, porque en la fe verdadera no hay emoción ni sentimientos, tiene que ver con la inteligencia. Dios no nos dio un arpa, una guitarra o un piano, Él nos dio Su Palabra.
Observe cómo Dios habló con el pueblo de Israel en Jeremías 2: “Vino a mí palabra del Señor, diciendo…”
La Palabra que vino a Jeremías, es la Palabra que le estoy pidiendo a Dios que vaya hacia usted. “Anda y clama a los oídos de Jerusalén…”. Jerusalén representa una nación, la nación de la cual salimos cada uno de nosotros.
“Así dice el Señor: Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de Mí en el desierto, en tierra no sembrada.”
Es Israel saliendo de Egipto en dirección a la Tierra Prometida. “Santo era Israel al Señor, primicias de sus nuevos frutos. Todos los que le devoraban eran culpables; mal venía sobre ellos, dice el Señor.”. Israel estaba consagrado al Señor, era el diezmo de Dios, quien lo tocaba estaba tocando a la niña de los ojos del Señor.
“Oíd la palabra del Señor, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel.”. Ahora ya no es más Israel, ahora lo llama Jacob. Primero fue Jacob, después se transformó en Israel.
Israel era el iluminado, era el bendecido del Señor, pero Jacob no porque tuvo problemas con Dios.
Ahora le dice a Jacob, ¡al mismo pueblo!: “¿Qué maldad hallaron en Mí vuestros padres, que se alejaron de Mí, y se fueron tras la vanidad y se hicieron vanos?”.
El pueblo salió de Egipto, cuando Moisés se quedó 40 días y 40 noches en el Monte con Dios, el pueblo se corrompió. Juntó piezas de oro e hizo un becerro y comenzó a adorarlo. Y eso es lo que las personas hacen y que muestra que tienen más fe en el oro, en la plata y en los objetos que en el Dios que es Espíritu y Verdad.
Por eso el pueblo sufre, no porque Dios lo esté castigando, sino porque él mismo fue hacia el sufrimiento.
Pero Dios continúa siendo el mismo, esperando que las personas se vuelvan hacia Él.
S usted se vuelve hacia Él con sinceridad, su vida nunca más será la misma. Él le dará la fe que cambiará su vida. Él le dará la Palabra que usted necesita oír para tener calidad de vida.
Cuando usted se acerca a la luz, ¿qué sucede? Usted se ilumina. Pero cuando usted se aparta de la luz, ¿qué sucede? ¿Dónde entra usted? En las tinieblas.¡Es una cuestión de inteligencia! Usted se acerca al Altísimo y la Luz de Dios viene sobre usted, pero si usted se aparta de Él comienza la idolatría, se involucra en las doctrinas equivocadas, sigue consejos y pensamientos religiosos que no le hacen ningún bien. Así usted sufre y vive con miedo.
Cuando la persona comienza a andar con Él, tiene una garantía, la de ser oída por Él. En el Salmo 34 dice así:
“Los ojos del Señor están sobre los justos, y atentos Sus oídos al clamor de ellos.”. Si yo ando en la Luz, si yo ando en la Justicia, si yo no ando de acuerdo a los pensamientos, a las religiosidades, a las doctrinas, a las filosofías humanas. Si yo no ando de acuerdo con lo que este mundo nos enseña, sino de acuerdo a la Palabra de Dios, soy justo. Y porque yo soy justo, puedo exigirle a Él atención.
Quien es justo puede agarrar la Biblia y decir: “Oh Dios, ¿esto es verdad o es mentira? Si esto es verdad, entonces quiero la respuesta ahora. Porque la respuesta mañana ya no va a resolver nada para mí, ¡tiene que ser ahora!”. Ese es el Dios en quien creemos.
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