Usted ¿ya ha pensado cómo ciertos acontecimientos del pasado a veces insisten en perseguirnos? Es el recuerdo de un despido o la muerte de un ser querido, tal vez una relación que fracasó o un negocio que se declaró en quiebra. No importa. A ellos les gusta quedarse allí, inquietándonos.
Pero lo que no nos damos cuenta con esos recuerdos, es que los mismos, solo sirven como una experiencia. Es decir, el pasado solo sirve como una referencia de lo que funciona y de lo que no funciona en nuestra vida. Es un aprendizaje. Si algo funciona en su vida, usted lo repite; pero si no funciona, solo debe actuar diferente.
Muchas personas se perjudican rescatando (o temiendo) los hechos del pasado. Se lamentan por lo que salió mal. Hay quienes culpan a los padres por no tener la oportunidad de alcanzar el éxito profesional, los que culpan a una situación por el fracaso actual, los que creen que a causa del pasado malo no hay más salida. Insistir en esos pensamientos solo sirve para sentir tristeza, remordimiento y sufrimiento. Pensar en el “cómo hubiese sido si…” solo trae dudas, y la persona que tiene dudas no logra avanzar en la vida.
Hay personas exitosas que fracasaron una o más veces y eso nunca las derribó. El fracaso puede hasta “retrasar” a alguien a alcanzar sus objetivos, pero no es la razón para la completa derrota.
Tenga cuidado para no dar excusas para explicar sus fracasos. No diga que faltaron oportunidades, no diga que la culpa fue de otra persona. Asuma que las riendas de su futuro solo están en sus manos y de nadie más.
50 Tonos para el Éxito
Como escribió el conferencista Jadson Edington, en su libro “50 Tonos para el Éxito”: “Mirar hacia atrás es la receta justa para cultivar dudas y miedos sobre el futuro. ¿Cuál es la clase de pensamiento que viene a su mente cuando piensa en lo que no tiene más? Sea honesto. ¿Son pensamientos positivos? Lo dudo. Llorar por la leche derramada no lo llevará a ninguna parte.”
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