El pasado miércoles 26 de agosto, el obispo Djalma realizó la reunión de la Noche de la Salvación en la Sede Nacional de la Universal de Venezuela, ubicada en el Boulevard de Sabana Grande, diagonal a la estación del metro Chacaíto, en Caracas.
Allí, el obispo habló ante más de 2200 personas sobre la fe y sus valores. “No existe siquiera una persona que no tenga fe. Pero la diferencia está en la fe que sirve y la que no. La fe que sirve es la fe que tiene valores, que es la que funciona, la que nos acerca a Dios, la que trae la Salvación.
Usted puede vivir adentro de la iglesia, pero si la fe que ha manifestado a los ojos de Dios no tiene valores, no sirve. Por eso, la persona a veces se queja de que su vida no cambia, y piensa que Dios la olvidó. Pero Dios conoce a cada estrella por su nombre y nunca se olvida de nadie.
La fe que presenta valores es la fe del sacrificio. Es la fe que presentaron los héroes de la Biblia, que eran hombres como nosotros y que, a través de esa fe con valor, conquistaron no ciudades, sino reinos. Esos hombres hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas y pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Otros fueron atormentados y no aceptaron el rescate, a fin de obtener mejor resurrección.
Vea todo lo que es posible a través de la fe. Pero, ¿qué clase de fe? La fe que presenta valores como:
-Conciencia de saber en Quién se cree.
-Fidelidad no solo en los diezmos sino en todo.
-Palabra de Verdad, sí sí, o no no.
-Justicia de nunca querer perjudicar a nadie.
-Disciplina de vivir de acuerdo a la Palabra de Dios.
-Honra de poner a Dios siempre primero en todo.
-Amor a Dios de todo corazón, alma, entendimiento y fuerza.
No sirve tener fe y no saber en Quién se está creyendo. O tener fe y no practicar la verdad. No sirve tener fe y ser injusto con el prójimo, o ser indisciplinado, o tener fe pero no poner a Dios en primer lugar en todo, o no honrarlo.
No sirve tener fe pero dudar en el momento de las batallas. Usted no puede solo decir que tiene fe. Eso es maravilloso, bello e incluso poético, pero no funciona.
En cambio, la fe que tiene valores, implica sacrificarse a sí mismo y conquistar incluso la Salvación. Implica sacrificio no solo económico sino de la propia vida, del yo, de la voluntad de la carne, las 24 horas de cada día. Su fe puede ser chiquita como un grano de mostaza, pero siempre tiene que tener valores. Lo que hace la diferencia no es el tamaño de su fe, sino su valor, porque usted puede tener una fe muy grande, pero sin valor no funciona”.
Al finalizar, invitó a quienes deseaban asumir esta fe de la que habló a acercarse al Altar para poder orar por ellos.