Si colocásemos algunas opciones de lo que a usted le gustaría que sucediera después de una pelea con su pareja, ¿cuál elegiría?
a) No se resolvió nada
b) Corazones heridos y despedazados
c) Ambos enojados y callados
d) Solución y besos de amor
Ciertamente, todos elegirían la opción “d”, por ser la más sensata y agradable.
Sin embargo, ¿qué es necesario hacer para terminar una pelea con la solución del problema, y, consecuentemente, en besos?
Usted debe concentrarse en estos 5 puntos:
1 – Sepa el porqué y sobre qué están peleando. Muchos comienzan a discutir sobre algo y después cambian totalmente el enfoque de la discusión. Al final, terminan incluso olvidando sobre por qué comenzaron a pelear. Eso sucede porque otros temas pasados y paralelos, que no tenían ninguna relación con la pelea, fueron traídos a la discusión. Varias parejas comienzan reclamando una cosa y terminan hablando de otra completamente diferente. Por eso, es necesario tener en mente el tema principal, y concentrarse solamente en este. Defina y discuta sobre un punto específico. Si es un gasto indebido, por ejemplo, usted solo hablará de eso. Nada de mencionar a los niños, saltar a la suegra, hablar del patrón o recordar algo que sucedió hace mucho tiempo.
2 – Recuerde que usted tiene dos oídos y una boca. Préstele atención a lo que la persona está diciendo, en lugar de idear en su mente argumentos para defenderse. Intente entender porqué ella se siente así. Si las quejas no fueran debidamente oídas, ustedes no podrán entender cuál es el problema y, consecuentemente, el mismo no será resuelto. Por eso, esta regla es fundamental: oír más y hablar menos. Aunque, al principio, usted no esté de acuerdo con lo que el otro esté diciendo, busque entenderlo y ponerse en su lugar.
3 – No diga todo lo que siente o piensa. Muchos vomitan sentimientos y pensamientos sobre sus compañeros con la excusa de que “necesitan abrir sus corazones” o de que “solo están siendo sinceros”, pero, al hacerlo, terminan hiriendo a la persona amada. Todos nosotros sentimos y pensamos cosas malas en el momento del enojo, pero no necesitamos vaciar ese “pum cerebral” sobre el/la compañero/a. Después de todo, ¿qué es lo más adecuado cuando se tienen gases? ¿Soltarlos frente a la otra persona o correrse y lidiar con aquello a su manera? De la misma forma que esta última opción, debemos administrar y librarnos de los sentimientos y pensamientos malos, sin perjudicar al otro.
4 – Ataque al problema y no a la persona. En una pelea es necesario entender quién es el enemigo. Su enemigo no es la persona a quien usted ama, sino que es el problema que los ha perjudicado. Por eso, en lugar de atribuirle características malas al otro, diciendo que es eso o aquello, hable del problema. En lugar de decirle grosero, por ejemplo, diga que a usted no le gustó la manera como él le habló. De esa forma, resaltará el problema, que es la “manera” de hablar, sin ofender a la persona.
5 – Acuerde lo que hará cada uno de ahora en adelante. La pelea no se termina ni el problema se resuelve mientras ambos no acuerden lo que harán al respecto. Se trata de un acuerdo. A fin de cuentas, para que la situación no se repita, es necesario proceder diferente a como se estaba haciendo hasta entonces, acordando cuál será la parte de cada uno. Después de haberse puesto de acuerdo, lo abrazos y los besos sucederán naturalmente.
Ya que los desentendimientos son inevitables, ¡les deseamos a todos buenos besos!