Nicodemo era un fariseo- grupo de judíos que observaban cada mínimo detalle del Antiguo Testamento, eran apegados a las tradiciones y a las costumbres de sus antepasados. Pero, incluso con toda esta religiosidad, él no logró comprender cuando Jesús dijo “el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” (Juan 3:3), y, mucho menos, cuando el Maestro explicó que todo lo que es nacido del Espíritu es semejante al viento (Juan 3:8), al punto de que el Señor Jesús lo indagó: ” ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?” (Juan 3:10)
Nicodemo revela que la religiosidad y el conocimiento bíblico no son sinónimos de intimidad con Dios, y tampoco garantía de Salvación eterna. Nacer de nuevo es un requisito fundamental e indispensable para tener acceso al Reino de Dios y, consecuentemente, al Reino de los Cielos.
Pero, ¿cómo sabemos que hubo un nuevo nacimiento?
Vea a continuación la duda de una lectora relatada al obispo Renato Cardoso y lo que él le dijo. La duda de ella puede ser la suya:
Stephanie nos escribió:
Me cayó la ficha y me di cuenta que aún no nací de Dios, y que estoy vacía. Estoy buscando, pero parece que hay algo en mi corazón que no sé que es. Quiero nacer de Dios, no aguanto estar vacía, triste…¿qué hago, cómo descubro lo que me ha impedido tener un verdadero encuentro con Dios?
Yo le pregunté:
¿Qué le hace pensar que no nació de Dios?
Stephanie respondió:
Cuando una persona tiene un verdadero encuentro con Dios, ella jamás se olvida de aquel día, y su interior cambia completamente. Cuando leí el libro “La Mujer V”, la señora Cris relata su experiencia con Dios, la transformación de su interior. Sé que cambie, pero falta “algo más”
Yo le aclaré:
Stephanie, el nuevo nacimiento es un proceso, como el nacimiento de un bebe. Está la concepción, el embarazo, los 9 meses, después el nacimiento. Y después viene el crecimiento. Nadie nace en un día.
La referencia de que “jamás se olvida de aquel día” es porque cuando somos tocados para entregarnos a Jesús totalmente, la experiencia es muy profunda. Es cuando usted decide que no va a vivir para usted, no hará su voluntad, va a dejar por Él cosas y personas que le agradaban mucho, etc. – por eso es distintivo. Pero la marca es hecha por esa decisión, no por una emoción en sí. A partir de esa decisión, digamos la “concepción” del nuevo yo, comienza la transformación -el período en que la nueva persona comienza a ser formada en nosotros. Eso lleva tiempo, y puede hasta ser con muchas fallas y tropiezos. Pero siempre progresivo, mejorando más y más. Evalúe por esta orientación cuál es su estado espiritual:
– ¿Usted ya fue concebida- tomó la decisión de entregarse totalmente?
– ¿Está embarazada de su nueva criatura?
– ¿La nueva criatura aún se está formando en usted?
– ¿Está sintiendo los dolores de parto- la lucha por nacer?
-¿ Ya nació, pero aún está creciendo?
Piense y respóndase a usted misma.
La misma autoevaluación nosotros le sugerimos a usted que lee este artículo.
Independientemente de la etapa en la que se encuentre, sepa que todos los miércoles y domingos, en la Universal más cercana, se realizan las reuniones en pro de la vida espiritual y comunión con Dios. En ellas usted podrá entender mucho más sobre el nuevo nacimiento. Participe.
Comparta este artículo con sus familiares y amigos. Esta duda puede ser la de ellos también.
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