Es la infección e inflamación del tejido debido a la pus que se encuentra dentro del vientre. Este tipo de absceso puede encontrarse cerca o dentro del hígado, el páncreas, los riñones u otros órganos. Puede haber uno o más abscesos.
Causas:
-El apéndice reventado
-Una perforación en el
intestino
-Una enfermedad inflamatoria intestinal
-Una enfermedad de la
vesícula biliar, páncreas, ovarios u otros órganos
-Una infección pélvica
-Una infección por parásitos
Síntomas:
-Dolor o malestar en el vientre que no se alivia.
-Tener el vientre inflamado
-Diarrea
-Fiebre o escalofríos
-Falta de apetito o posible pérdida de peso
-Náuseas o vómitos
-Debilidad
Tratamientos
-Antibióticos
-Punción y drenaje
-Operación
“Recorrí todos los hospitales y no sabían qué causaba los abscesos”
Griselda Córdoba tuvo serios problemas de salud que afectaban otras áreas de su vida. Cuando nació, los médicos de Navarro le dijeron a su padre que no la trasladaran a Buenos Aires porque no iba a llegar con vida, tenía diarrea estival, era un cuadro delicado de gastroenteritis, pero su papá la llevó igual y le salvaron la vida. Después buscaron ayuda en la casa de los espíritus. “Siempre tuve problemas en los intestinos por lo que mi mamá me llevaba a curanderos. Se me hacían abscesos de pus en el colon y siendo una nena me hacían estudios muy dolorosos, veía al médico y me largaba a llorar”, recuerda.
Cada cinco años pasaba por la misma situación, tomaba medicación, usaba cremas, pero los abscesos se volvían a formar. “Una vez, estando en el hospital me desvanecí y me operaron de urgencia, me sacaron dos litros de pus. Siempre volvía a supurar, ya estaba cansada, me recorrí todos los hospitales de Buenos Aires”, relata.
Su esposo tenía que salir corriendo a buscar al médico porque ella comenzaba con puntadas muy fuertes. “Buscando una solución recurría a lugares cada vez más pesados, pero empeoraba todo, había miseria, enfermedades, me daban muchos dolores en la espalda, el médico me medicaba y me decía que por una desviación en la columna podría terminar en una silla de ruedas”. Era desesperante su estado, se sentía impotente, era mucho el sufrimiento. Buscó ayuda en parapsicólogos y llegó a consultar la magia blanca porque necesitaba una salida, cuando ella se acercó a la Universal, era la última puerta que golpeaba.
“Fuimos a la iglesia y allí encontré la sanidad que tanto necesitaba. Tuvimos luchas, pero perseveramos porque sabíamos que Dios nos iba a responder. Hoy estoy sana, nunca más tuve abscesos, hace quince años que no tengo más infecciones. Salimos adelante económicamente y disfrutamos de una nueva vida.”, afirma.
Martes a las 8, 10, 16 y principalmente a las 20hs en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más próxima a su casa.
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