Más que regalos, palabras cariñosas, tarjetas y hermosas expresiones de amor: quien es madre sabe que todo eso es gratificante, trae alegría al corazón, pero, no es lo esencial cuando pensamos que el “Día de las madres” debe ser considerado todos los días.
¿De qué sirven miles de homenajes si, cuando le da la espalda, usted la decepciona, la hace enojar y solamente le trae disgustos? O bien: Usted hasta es un buen hijo, una buena hija, pero se olvida de ser cordial, amigo, verdaderamente “hijo” cuando ella más lo necesita…
Dice la Biblia: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la Tierra que el SEÑOR tu Dios te da.” Éxodo 20:12
Enseñándole a los hijos
Si deseamos vivir más y mejor, y que nuestros días se prolonguen aquí en la Tierra, debemos estar atentos a las enseñanzas bíblicas y transmitirles a nuestros hijos desde temprana edad como hace Iara Ferreyra, de 40 años, madre del pequeño Isaías, de 7.
Más allá del amor y los cuidados, Iara dice que busca, en todo momento, enseñarle a andar en el camino de la fe. Ella, que es obrera de la Universal en San Pablo, tiene a su hijo como un gran “amiguito”. Y él siempre está junto a ella, hasta en los momentos en que salen con el grupo de evangelización de la Iglesia (foto de al lado).
Esta unión asegura Iara, es tan importante como las actividades normales que todo niño necesita y le gusta. “Ser madre es participar, jugar, ser amiga, y yo trato de hacerle entender que soy su mejor amiga y que puede confiar en mí. Siempre estamos juntos, ya sea en el llanto o en la risa; y, por supuesto cuando hay que hablar en serio, lo hago y él entiende”, dice.
El mayor regalo
Pero, ¿cuál es el mejor regalo que un hijo le puede dar a la madre? “Independientemente de lo que me des, tú eres el mayor regalo que recibo todos los días”. dice Elisângela Chalegre, de 36 años, a su hijo Gabriel, de 10 (foto de al lado).
Para ella, ser madre es algo Divino, un privilegio.
“Es una donación diaria y permanente; es un sacrificio que duele y trae placer al mismo tiempo. Es más aprender que enseñar. Hoy me doy cuenta que soy mejor como persona por las experiencias que ya tuve por ser madre”, dice, feliz, al lado del hijo.
Para Ana Linhares, de 44 años, madre de Gabriel, de 13, y Giovanna, de 11 (foto de abajo), “el mayor regalo es verlos felices, sintiéndose amados, y principalmente, verlos creciendo en la presencia de Dios y teniendo el privilegio de tener, desde los primeros pasos, el conocimiento de Él”, afirma.
De la misma manera que estas madres encontraron un equilibrio en el hogar y saben sobre la importancia de poner a Dios como Prioridad en el seno familiar, usted, madre, hijo, hija, abuelo, también puede disfrutar de la misma alegría y tener un “Día de las Madres” realmente feliz.
Acérquese a una Universal este domingo especial a las 7h, 9h o 18h, y reciba oraciones y enseñanzas importantes para su familia. En Argentina, en Av. Corrientes 4070 (Almagro- Buenos Aires) o en la Universal más cercana a su hogar.
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