“He aquí me echas hoy de la tierra, y de Tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará.”, (Génesis 4:14).
No hay otra forma, así como la semilla de la obediencia produce bendiciones, la semilla de la desobediencia trae maldiciones.
Y la peor maldición de la desobediencia es la ausencia de la fe.
Las señales de la marca de Caín eran: ser fugitivo, andar errante por la Tierra y tener miedo. O sea, él era un pozo de dudas.
Duda que le generaba miedo, que le generaba desconfianza, que le generaba preocupación, que le generaba debilidad y que lo hacía maldito en la Tierra. Características de los hijos de las tinieblas.
“… la paga del pecado es muerte…”, (Romanos 6:23).
“… sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay…”, (Hebreos 11:6).
“Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma. ”, (Hebreos 10:38).
Sin fe, la humanidad queda sujeta a la acción del mal.
Debido a que es espiritual, no es posible confrontar al mal con las armas físicas y convencionales. Es necesario otro poder espiritual mucho más poderoso para vencerlo.
La fe es el único Poder espiritual capaz de vencer al infierno entero.
Sabiendo eso, el mal pone toda su fuerza para intentar impedirle al ser humano que tome posesión del Espíritu de la fe.
Razón por la cual, en el momento de la búsqueda del Espíritu Santo, de la nada, surgen los malos pensamientos, las preocupaciones, las dudas, los miedos, etc.
Esto sucede justamente para desviar la atención del Espíritu Santo.
La fe es el Poder de Dios que emana de Su Santo Espíritu.
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