Retener, guardar, ahorrar no es sinónimo de un futuro asegurado. El futuro garantizado está justamente en lo opuesto, en entregar, en gastar, en renunciar, en dar.
¿No fue renunciando a la parentela y a una tierra segura y al bien familiar que Abraham se transformó en el generador de una nación, garantizando así su futuro?
La ley de la entrega va en sentido contrario a los pensamientos e ideas humanas. La humanidad está programada para guardar, agarrar, retener y ahorrar para garantizar su futuro. Para los naturales, retener es sinónimo de una vejez asegurada, pero, en la Ley Divina, guardar es sinónimo de perder; y perder, de ganar.
Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de Mí, la hallará.
Mateo 16:25
La calidad de la ofrenda (entrega) garantiza el futuro del ofrendante; depositar en el Altar es inversión segura y próspera a corto, medio y largo plazo hoy, mañana y pasado mañana.
El obispo Macedo y la son los ejemplos más actuales que tenemos, pues un día ambos decidieron entregarse, derramar lo poquito que tenían en un Altar invisible, pues ni siquiera existía un Altar material, como hoy tenemos de referencia. Tal como Abraham, que caminó hacia un lugar invisible, iniciando allí su entrega.
La entrega del obispo y de la señora Ester les garantizó una vejez llena de amor, cariño, atención y cuidados. Muchos desean darles un vaso de agua, otros sueñan poder regalarles algo que los haga felices, otros hacen oraciones por ellos y por toda su familia…
Los tres hijos del obispo no le garantizan a él una vejez asegurada, no le garantizan el cuidado y la atención del mañana, pero la entrega que un día fue hecha por él le garantiza todo eso y mucho más. ¿Cuántas son las personas que invierten toda su vida en los hijos y hoy están solos? Los asilos están llenos de ancianos llenos de hijos.
Si el obispo Macedo hubiese retenido ese empleo, y la señora Ester esa vida aparentemente estable, hoy estarían solos; hoy tendrían solo el cuidado de los tres hijos. Pero, por su entrega, nació la nación Universal, y, con ella, millones de hijos que siempre los ampararán.
¡Y todo eso no es por el nombre que él tiene o por ser el dueño físico de una inmensa institución! Pues el mundo está lleno de multimillonarios solidarios a quienes ni siquiera sus hijos soportan, y los demás solo les hacen favores si se les paga. Perdiendo su fortuna, pierden también los favores. La entrega de la vida trae todo lo que necesitamos. La ofrenda no permite que el ofrendante conozca la soledad.
¡La ofrenda nos multiplica!
De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.
Juan 12:24
En lo que se refiere al acto de entregar, Dios desconoce cualquier número que no sea 100. Entregarse 99% es igual a cero para Él; 10%, 20%, 50% no existe en el momento de su entrega. Es todo o nada. Dios no entiende el lenguaje de los 99%. O es 100% o nada.