En los últimos días se dio a conocer una publicación en internet de un sitio religioso sobre cómo debe ser la vida sexual de las parejas. Aconsejando a un lector, Biblical Gender Roles, afirmó que una esposa no debe negarse a tener relaciones sexuales con su marido, aunque ella no esté en ese clima.
El artículo afirma que la mujer debe estar siempre a disposición del marido y que, si fuera necesario, debe fingir placer. Incluso aconseja que, en el caso de que ella no esté “motivada” durante el acto, el hombre debe enfocarse en el cuerpo de ella, no en su rostro. “Usted debe concentrarse 100 % en el físico”, afirma.
El escritor y conferencista Renato Cardoso, habla sobre la importancia de la relación sexual entre una pareja: “El acto físico del sexo es la recta final, pero todo el recorrido, todas las curvas, todo el circuito comienza en la intimidad interior. O sea, cuando usted tiene el acto sexual, está simplemente comiendo la frutilla del postre. Pero antes de la frutilla está el postre. El postre es esa intimidad. Es el intercambio de mentes, de sentimientos, del corazón, del conocimiento. Es el interés que usted tiene por esa persona.”
La Biblia es clara cuando afirma:
“Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida...” 1 Pedro 3:7
Pero, lamentablemente, en pleno siglo 21, aún hay hombres que creen que la mujeres deben ser tratadas como verdaderos objetos, listas para satisfacer sus necesidades, y nunca piensan en el placer que ellas también tienen derecho de tener.
Así como todos los aspectos de la vida, el matrimonio también requiere una fe inteligente. La emoción no puede guiar una relación, se necesita sabiduría.
Usted tiene que usar su capacidad de raciocinio en todas las áreas de su vida. Vence los problemas quien usa la fe inteligente, la razón.
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