Investigaciones realizadas en diferentes países coinciden en que el peligro de desarrollar dependencia al alcohol viene de familia.
En su libro Alcoholismo: La herencia genética, la escritora estadunidense Kathleen Whalen Fitzgerald apoya fuertemente el argumento de que la dependencia al alcohol no solamente es una enfermedad, sino que pasa de una generación a otra a través de la herencia.
Si bien cualquier sector de la sociedad puede ser vulnerable a las adicciones, se ha detectado en el caso del alcoholismo que un 60% de los casos está vinculado a factores de herencia, ya que se considera que si en la familia se tienen antecedentes de adicción a drogas o alcohol esto podría incrementar de 3 a 4 veces el riesgo de desarrollar dependencia, afirman los especialistas.
Por otro lado, también se descubrió que si uno de los miembros de la cadena deja de tomar por diferentes motivos (educación o motivos relacionados a la fe) sus hijos no continuarán con la adicción.
¿En su familia se repiten los casos de adicción al alcohol? ¿Su marido sufre de la misma manera que sufrió su suegro? ¿Sus hijos están empezando a transitar el mismo camino que su padre? Conozca la historia de Juan Carlos Zárate, que sufrió en su infancia con un padre alcohólico, después tuvo problemas con la bebida, él salió y también logró que sus hijos salieran de ese vicio.
“El alcohol hizo estragos en mi vida”
Juan Carlos Zárate comenzó a beber después de que falleció su madre, primero tomaba antes de dormir para descansar tranquilo y después se emborrachaba todos los días. “Iba a trabajar alcoholizado. Tomaba tres o cuatro botellas por día, mi esposa me preguntaba por qué tomaba y yo no tenía una respuesta”, relata.
Él creció en Tucumán, su padre era alcohólico y golpeador, su infancia fue muy dura porque su padre no tenía un trabajo fijo. Fue trabajador golondrina hasta que a los 27 años viajó a Buenos Aires, allí consiguió un trabajo estable y conoció a su esposa. Todo iba de maravilla hasta que la enfermedad de su esposa y su alcoholismo lo destruyeron todo.
“Yo trabajaba para pagar los remedios de mi esposa y el alcohol. Me volví agresivo, hasta le fui infiel a mi señora, estuvimos dos meses separados. Un día decidí terminar con todo, entonces cargué un revolver, llamé a mis hijos para matarlos y después matarme, y justo el más chico vino sonriendo hacia mí y no pude hacerlo”, recuerda con lágrimas en los ojos.
Él comenzó a participar en la Universal por la salud de su esposa, hasta que un día, tras gastar el dinero del sueldo, el aguinaldo y las vacaciones en bebida se dio cuenta de que necesitaba ayuda. “Fue dura la pelea, pero dejé definitivamente el alcohol. Participé de las reuniones y sacrifiqué en la Hoguera Santa con fe y vi resultados. Hace diez años que no tomo, mi esposa está sana.
Participe usted también de la reunión de la Cura de los Vicios y compruebe en su vida o en la de un ser querido que existe una salida para este mal. Lo esperamos este domingo a las 15 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
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