Hace unos años, la Unidade Prisional de Puraquequara (UPP) (Unidad Penitenciaria de Puraquequara), en la región oeste de Manaos, en el estado de Amazonas, ha sido motivo de preocupación para los habitantes del lugar, debido a las frecuentes rebeliones y ejecuciones de guardiacárceles que ocurren dentro de la prisión. Mientras para la población la situación es tensa, la Universal enfrenta el desafío como una oportunidad para hacer que la Palabra de Dios sea decisiva en la vida de los presos. Recientemente, alrededor de 900 detenidos participaron atentamente de una reunión realizada por el obispo Sérgio Corrêa, responsable por la Universal en Amazonas, en el patio de la Unidad, como si estuvieran en Iglesia. Estas reuniones diarias también se realizan en más de 20 cárceles. Un trabajo de evangelización que viene evolucionando en los últimos 24 años en el Estado.
“Los presos reciben este trabajo con satisfacción, como si formara parte de sus vidas, como si fuéramos de la familia o enviados de Dios”, afirma el obispo Sérgio. Para los voluntarios la mayor recompensa es ver, en el futuro, los frutos de esas pequeñas semillas que son plantadas en cada visita. “Los resultados son los diversos testimonios de transformación de vida y la liberación que tenemos”, explica el obispo.
Credibilidad
Ante los delitos que llevaron a una persona a ser condenada, encontrar a alguien que crea en el ser humano que está cumpliendo una condena es el mayor desafío de la sociedad. Para los que logran creerle, la explicación viene de la fe, como explica el pastor Paulo Gomes, responsable de la evangelización en las cárceles de Amazonas. “Nosotros creemos que lo imposible para el hombre es posible para Dios”. Según el pastor, la Universal realiza un trabajo sin prejuicios que trae resultados. “La dirección ve a este trabajo como un beneficio indispensable que colabora con la disciplina y el buen desarrollo del trabajo de todos los empleados”.
Recomienzo
El ex convicto Berckson Mafra (foto), de 40 años, es la prueba de que es posible recomenzar. Durante casi 5 años él cumplió una pena por tráfico de drogas en una de las cárceles de Amazonas. “Me sentía solo y despreciado. No tenía con quien contar”, relata. Berckson recuerda que solo se dio cuenta de lo que le había sucedido cuando estaba tras las rejas. “El mundo del tráfico es peligroso y lleno de mentiras. Dentro de la celda, comencé a pensar en una alternativa para cambiar mi vida”, explica.
Las ganas de recomenzar hicieron que Berckson recordara las invitaciones que su madre le había hecho para que conozca la Universal, antes de que fuera a prisión. Él admite que se sorprendió cuando supo que los pastores realizaban reuniones semanales en la cárcel en la que él se encontraba. “Contaba los días para participar de las reuniones. Recibía con gran alegría las orientaciones de los pastores. El trabajo de la Universal fue decisivo para que yo abandonara el tráfico”, recuerda.
Hace 2 años que Berckson está en libertad y tiene como rutina la evangelización semanal a los internos. Hoy, considerado un nuevo hombre por sus familiares, él destaca que el cambio exterior solo sucedió después de que su interior fue transformado. “Mi primer cambio fue en mi carácter y en mis pensamientos. Vi que el tráfico me estaba llevando hacia el infierno, entonces comencé a pensar en mi Salvación”, destaca.
Si usted tiene algún familiar preso y quiere ayuda espiritual, acérquese a la Universal más cercana a su hogar y converse con un hombre de Dios. [related_posts limit=”17″]