En el consejo dado por Dios a Gedeón, vi algo que nunca había observado antes, y sé que lo ayudará a usted que ha perdido muchas batallas, a ganar la guerra, aceptarse y a practicar lo que leerá ahora.
Nunca más usted será la misma persona
“Aconteció que la misma noche le dijo el Señor: Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él” (Jueces 6:25)
Cuando Dios le pidió a Gedeón que tome el segundo toro de su padre, el de siete años (que representaba la fuerza, la seguridad, el futuro, lo máximo), la primera razón fue para derrumbar el altar de Baal, que era un monumento de piedra adorado por los pueblos paganos y vergonzosamente adoptado por el pueblo de Dios (el motivo de la miseria de Israel – Jueces 6:10).
De la misma forma – Dios nos manda a tomar (apoderarnos) del segundo toro (nuestro máximo, lo más difícil), no solo para que levantemos el Altar al Dios Vivo, sino, primeramente, para que derrumbemos los altares de Baal que tenemos, que pueden ser el orgullo, el miedo, los prejuicios, el apego a lo material y a lo familiar, al dinero, a las cosas equivocadas, al rencor, al odio, etc.
“Y edifica altar al Señor tu Dios en la cumbre de este peñasco en lugar conveniente (Universal); y tomando el segundo toro, sacrifícalo en holocausto con la madera de la imagen de Asera que habrás cortado.” (Jueces 6:26)
El sacrificio inteligente y voluntario, antes de agradar a Dios, tiene que desagradar a nuestro yo, atacar al diablo, irritar a sus hijos y reducir a cenizas de nuestros problemas.
Después de que el altar de Baal sea derrumbado, tenemos que edificar el Altar de Dios para sacrificar nuestro segundo toro, o sea, después de vencer nuestros sentimientos, el miedo, al diablo, a sus demonios, e hijos, es necesario que nos entreguemos de espíritu (intelecto, inteligencia), alma (sentimientos – deseos) y cuerpo (obediencia- renuncia del propio yo) y estar 100% en la dependencia de Dios.
¡Mientras el maldito altar de Baal (raíz de destrucción) estuviera de pie dentro de las personas, Dios no se manifestará, pues Él no comparte Su Gloria con absolutamente nada ni nadie!
Por favor, póngase de pie ahora, allí donde usted se encuentre, y lea en voz alta: “Yo absorbo este Espíritu Libertador por medio de esta lectura. Ahora, soy libre de todo engaño emocional, religioso, prejuicioso, sentimental, tradicional e inseguro. Decido ser libre para obedecer al Dios Vivo que me libró de la muerte, para que lea, entienda, acepte y practique esta Verdad infalible que me hace, a partir de ahora, más que vencedor en Jesús, mi Rey y Señor”.
¡Así sea! [related_posts limit=”17″]