Vamos a hacer un paralelo entre el pueblo de Israel incrédulo y el pueblo de Dios: existen aquellos que realmente forman parte del Cuerpo del Señor Jesús y también los que están en nuestro medio, pero que no forman parte del Cuerpo. ¡Esos son los hipócritas!
“No ha desechado Dios a Su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo: Señor, a Tus profetas han
dado muerte, y Tus altares han derribado; y solo yo he quedado, y procuran matarme?”, (Romanos 11:2-3).
Quienes mataron a los profetas fueron los propios israelitas que, aunque eran hijos de Israel, no eran de la familia de Dios. Nuestros enemigos que están dentro de nuestra propia casa, que salen de nuestro medio y se unen a los impíos para perseguirnos. Se sientan a nuestro lado, oyen las mismas palabras que hemos oído. Pero son cizaña en medio del trigo. Sin embargo, vino la respuesta de Dios: “Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal. Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia.”, (Romanos 11:4-5).
Aquí habla de los que nacieron de Dios. Los que salieron de la ley y ahora están en la gracia. Es decir, salieron de la ley, de la incredulidad y entraron en la gracia, en el nuevo nacimiento. Usted oyó la Palabra de Dios y, con el tiempo, la Palabra entró a su corazón y el Espíritu Santo le convenció e hizo que usted naciera de nuevo. Pero los hipócritas se mantienen en la ley. Incluso conocen la Biblia, pero son falsos.
Dios no Se revela a los hipócritas: “Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia.”, (Romanos 11:6).
Si es por la Salvación, por la revelación del Espíritu Santo, ya no es por las obras. A veces, el sujeto es pastor, hace la Obra de Dios, pero no es nacido de Dios, no nació de la fe. Él se mantiene en la ley, en la carne. Usted es hombre de Dios si nació de Dios y no solo porque está predicando el Evangelio. Si no forma parte del Cuerpo, no está incluido en el Reino de Dios.
¡Qué cosa fuerte! Dios Se está refiriendo a los hipócritas, que conocen la Biblia, que oyen la Palabra de Dios, que participan de los beneficios del cargo que ocupan, pero que no son de Dios. Continúan siendo hijos de Num, hijos de sus propios padres porque no nacieron del Espíritu Santo. Van a continuar mudos, sordos y ciegos, sin entendimiento de las cosas divinas porque el Propio Dios les dio un espíritu de profundo sueño.
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