Hay dos tipos de profesionales: los que se sienten bien en sus ocupaciones y cuando se les ofrece una oportunidad de emprender tiene miedo, y la que ya tiene un negocio propio pero, cuando tiene posibilidades de innovar, de hacer la diferencia en el mercado de trabajo, también siente miedo. Sea miedo de perder todo, de que la nueva estrategia no funcione o incluso de hacer un cambio.
El miedo es una limitación común, que puede presentarse en la vida de cualquier profesional e, infelizmente, para muchos convertirse en un emprendedor exitoso es un sueño inalcanzable. Para otros, que son los menos, es apenas una cuestión de trabajo, tiempo y fe.
Si tiene miedo, nunca avanzará
Nuestra vida está llena de luchas. Usted puede tener éxito, pero, con seguridad, algún desafío surge para exigir una reacción de su parte. Y es bueno que así sea, porque el ser humano solo crece enfrentando desafíos. A través de ellos descubrimos nuevas salidas y desarrollamos nuevas estrategias, talentos y habilidades. Entonces, es normal que enfrentemos guerras. Para vencer, es esencial que nuestro foco esté firme en el objetivo que definimos, sin que importe cómo estén las cosas a nuestro alrededor.
No hay cómo vencer económicamente sin arriesgarse, ¿le suena la frase “el que no arriesga, no gana”? Entonces, piense, si tiene miedo, nunca saldrá del lugar en el que está. Pero si quiere crecer, desarrollarse y emprender en un nuevo camino, en un nuevo negocio, tiene que dejar el miedo de lado, pues no hay cómo hacer eso sin arriesgarse.
La mayoría se guía por sus sentidos naturales. Si usted es igual a la mayoría, logrará los mismos resultados de la mayoría. No es eso lo que usted quiere, ¿o sí? Amplíe su visión y entienda que sus sentidos no deben guiar su vida.
Aprenda más sobre este tema participando del Congreso para el Progreso, una reunión que se realiza todos los lunes a las 16 y a las 20 h en Av. Corrientes 4070, Almagro.
Conquistas sin límite
Como muchos, Rosa se acercó al Congreso para el Progreso buscando una solución para su vida financiera. Tenía una hipoteca que no podía levantar de ninguna forma, pero participando de la reunión aprendió a establecer metas y objetivos y así pudo cumplir los suyos: “Participando del Congreso para el Progreso pude levantar una hipoteca que era imposible de pagar. Perseveré en la reunión y gracias a Dios me saqué de encima ese problema”, contó feliz.
Alejandro: “Mi situación era muy complicada, teníamos un auto pero no había dinero para ponerle combustible. Teníamos los impuestos impagos, querían cortarnos servicios, no teníamos dinero ni para ir al supermercado, era un desastre.
Gracias a Dios, conocí el Congreso para el Progreso y perseverando logré abrir una ferretería industrial, tengo mi auto, mi casa, la vida de la familia cambió totalmente, la heladera está llena, todo se hizo nuevo”.
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