Ismael Esteban pedaleaba rápido por la carretera en Puente Viesgo, en España. Con una buena ventaja, se aseguraba el tercer lugar en la carrera de Cantabria cuando el neumático de su bicicleta se averió. Allí, él se dio cuenta de que sus entrenamientos y dedicación serían subyugados por el imprevisto. Él perdería el lugar en el podio, el trofeo y la premiación.
Sin embargo,el competidor que ocupaba el cuarto lugar, Agustín Navarro, no le pareció justo sobrepasar a su oponente. Mientras Esteban cargaba su bicicleta en la espalda durante los últimos 300 metros de la prueba, Navarro lo acompañó, pedaleando de cerca, sin superarlo.
“Yo no merecía sobrepasarlo porque él fue mejor que yo durante toda la carrera”,declaró Navarro a la prensa después de la competencia. Como “premio por la honestidad”, Esteban le cedió el trofeo a Navarro, y, más allá de eso, él, que llegó cuarto, ganó la honra de los justos.
Vea en el video a continuación, el momento en el que los dos cruzaron la línea de llegada:
Las sociedades del mundo han creado un sin número de leyes. Reglas que deberían proporcionar justicia, pero no siempre garantizan eso. Si Navarro sobrepasaba a su adversario y se aseguraba el tercer lugar en la carrera, ¿quién diría que él fue deshonesto? Delante de los hombres, en una competencia, él estaría en lo correcto, aprovechando la “suerte” para alcanzar su objetivo. Ninguna ley o regla lo eliminaría por eso. Pero, él no agradaría a Dios. Sacar ventaja de quien pasa por dificultades no es “tener éxito”, sino mostrar cuanta falta de amor por el prójimo se tiene.
El escritor y conferencista Renato Cardoso declara, en su blog, que “justicia significa dar a quien le corresponde”.
La Biblia dice:
“No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo.” Proverbios 3:27
¿Cuántas veces usted se ha aprovechado de las debilidades ajenas en vez de ayudar a quien lo necesitaba? Recuerde que ese no es el camino que lleva a la verdadera victoria.
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