Las tendencias no tienen relación solo con la ropa, sino también con los esmaltes. La mayor prueba es que, cuando usted cree que ya lo vio todo, aparecen las nails arts (uñas decoradas). Entre las técnicas se destacan las uñas ombré (con efecto degradé), decoradas, la francesita de colores, la hija única (llamada así porque solo uno de los dedos tiene un color diferente) y lo que la creatividad le permita.
A pesar de que todas esas novedades invadan los salones de belleza, ellas no son lo suficiente como para convertirse en una amenaza a los colores que tienen el puesto de favoritos. Eso porque, incluso con el entra y sale de las apuestas de la temporada, los clásicos se mantienen firmes. La cartilla de rojos, de marrón, los nudes o claros continúa ocupando su debido lugar.
Y no se puede negar que, además de atemporales, agradan por la practicidad, por ser apuestas certeras cuando no queremos equivocarnos o simplemente por ofrecer discreción (lo que obviamente no incluye los tonos de rosa chicle y rojos chillones, ¿no es cierto?).
Claritos, francesita y nude
Los blancos, la clásica francesita y los matices de rosa claro son apuestas seguras y suaves para las mujeres que no quieren llamar la atención en el ambiente de trabajo o en ocasiones que exigen formalidad. Otro color que agrada por la delicadeza y por ser un comodín es el nude, que viene conquistado cada vez más espacio entre las opciones de esmaltes y diferente de los tonos vibrantes quedan bien con cualquier tono de piel. A pesar de eso, para acertar en la elección, no basta encantarse por el color que aparece en la góndola. Las más blanquitas, por ejemplo, pueden invertir en los beige. Y las más morenas pueden optar por los de fondo amorronado.
Vino y marrón
¿Quién nunca oyó el famoso consejo de que aproveche los tonos oscuros si tiene la uña quebradiza y débil? La prueba de que ellos naturalmente forman una capa protectora y funcionan como una especie de blindaje contra las agresiones externas es verdadera.
Además de eso, los tonos más cerrados, como el marrón o el vino, satisfacen por la versatilidad y también son las opciones más usadas en la época de temperatura fría.
Las mujeres de estilo clásico, conservador o las que prefieren un “básico no tan básico” suelen mantener el color siempre cerca.
Vale recordar que las matices de vino se destacaron luego de la fiebre del uso del borgoña (mezcla del rojo con el marrón) y del marsala (una mezcla de vino, marrón y rojo) que fue elegida como el color del 2015 en la escala de colores Pantone.
Rojo, rojizo
He aquí una opción que el público femenino no cambia por nada. Los tonos de rojo son los predilectos, pero la elección también requiere cuidados. Primero, esté atenta al ambiente y a la ocasión, pues no siempre es recomendable usarlos. En segundo lugar, tenga en consideración su todo de piel. Regla general: los expertos recomiendan huir de los contrastes. Eso es porque los rojos muy oscuros no siempre favorecen a las pieles muy claras, así como tampoco los tonos claros benefician a las pieles morenas.
¡Adiós, esmalte saltado y uñas con bolitas!
¿Suele arreglarse las uñas usted misma? ¿El esmalte con burbujas y que sale con facilidad es un problema para usted?
Entonces, vea los consejos:
– Antes de pintarse las uñas, refresque las manos dejándolas debajo del agua, preferencialmente helada. Eso ayuda a bajar la temperatura corporal y evitar las temidas burbujas.
– Si va a pintar sus uñas con esmalte de color oscuro, no se olvide de aplicar una capa de esmalte transparente, o base.
– La primera capa de esmalte se debe aplicar en la parte media superior de la uña. Espera a que se seque y pinte la segunda capa de esmalte, pero esta vez que cubra toda la uña. Esta técnica ayudará a que el esmalte en la punta de las uñas dure más tiempo y éstas sean más resistentes.
– Sumerja en agua helada sus uñas después de pintarlas para que sequen más rápido
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