Elisa: “Antes de comenzar el tratamiento, mi vida era un desastre. A los catorce años había tenido mi primer coma alcohólico. Estuve involucrada en los vicios hasta mis treinta y un años. Empecé con el alcohol, luego se fueron sumando otras drogas, como la cocaína, la marihuana y los cigarrillos. Me faltaba alguna de esas sustancias y me cambiaba el humor, me convertía en una persona diferente. Eso me llevó a perder todo, mi familia, mi hija y el trabajo.
Mi vida económica también era un desastre. Para poder sustentar mis vicios, llegué a robarle plata a mi madre, a mis familiares y a vender cosas de mi hija. No había límites cuando necesitaba consumir.
Yo estaba muy triste, muy depresiva, no tenía ganas de vivir y me sentía vacía. Mi peor momento fue un día en el que llegué a estar alcoholizada desde muy temprano, desesperada por consumir cocaína, sin que me importaran mis hijas.
Conocí el tratamiento gracias a la invitación de una vecina. Yo ya había intentado hacer diferentes tratamientos psicológicos y espirituales, pero no había tenido resultado. De todas formas, intenté buscar ayuda una vez más. El primer día que participé, me sentí feliz. Había llegado tan mal y tan destruida que me entregué por completo para lograr un cambio.
Hoy, gracias a Dios, no necesito ninguna sustancia para ser feliz. Hoy mi felicidad me la da el Espíritu Santo”.
Participe del Tratamiento para la Cura Definitiva de Todos los Vicios, a las 15 h, en la Universal más cercana de usted.