En 1 Juan 5:6, dice así:
“Este es Jesucristo, que vino mediante Agua y Sangre, no mediante Agua solamente, sino mediante Agua y Sangre…”.
El Señor Jesús Reveló, en la práctica, todo el proceso que nosotros, seres humanos imperfectos, debemos seguir para ser:
- Perdonados, libres de toda culpa y error cometido conscientemente e inconscientemente.
- Transformados de criaturas problemáticas, infelices e incompletas en hijos del Dios Vivo.
- Siervos de Él, no de nuestras inclinaciones, manías, tradiciones y fantasías.
Jesucristo vino mediante el Agua, es decir, Él fue bautizado en el Rio Jordán para darnos el ejemplo a seguir.
- También vino mediante la Sangre: Se entregó por medio de un Sacrificio Voluntario, Santo, Vivo y Agradable a Dios, muriendo en la Cruz por nuestros pecados en el Calvario.
“Porque Tres son los que dan Testimonio en el Cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos Tres Son Uno. Y Tres son los que dan testimonio en la Tierra: el Espíritu, el Agua y la Sangre, y estos Tres Concuerdan”. 1 Juan 5:7-8
Aquí vemos que el Espíritu Santo está en la Tierra buscando a los sinceros, a los que quieren arrepentirse para enterrar la vieja vida de frustraciones, dolor y soledad, y vivir en Novedad de Vida.
- El Espíritu Santo quiere generar un testimonio de novedad de vida en el ser humano, pero tiene que haber agua (Bautismo de Arrepentimiento) y Sangre (Sacrificio de vida en el Altar, entrega total). Cuando esto sucede, hay Concordancia, porque tanto en el Bautisterio (arrepentimiento), como en el Altar (entrega total), debe haber renuncia y entrega.
- Como sucedió con el Señor Jesús, el Espíritu Santo vendrá sobre los que hoy vayan al Agua (Bautismo de Arrepentimiento) y al Altar (donde sacrificamos voluntariamente la Sangre). Así serán un testimonio en la Tierra, viviendo en Novedad de Vida y probando que Dios existe y habita en nosotros como Prometió a través de Su Santo Espíritu.
“Y este es el Testimonio: que Dios nos ha dado Vida Eterna, y esta Vida está en Su Hijo”. 1 Juan 5:11
- Este es el mayor Testimonio que podemos recibir, el testimonio de que somos hijos de Dios, de que tenemos la certeza de la Vida Eterna, la cual empieza por la Novedad de Vida aquí en la Tierra, a través del Bautismo en las Aguas y con el Espíritu Santo.
- Recuerde: para tener Novedad de Vida, debe sacrificar la vida vieja.
- Si su sacrificio no contiene su vida (voluntades), será inútil subir al Altar.
Obispo Júlio Freitas