Tanto Patricio Carrizo como Gabriela López se dieron la oportunidad cambiar sus historias y hoy disfrutan una vida muy diferente. Gabriela sufría con dolores de cabeza e insomnio. “Esto me pasaba cada vez más seguido, no me podía concentrar y me atrasé mucho en mis estudios. Mi vida sentimental también estaba mal, por todo eso comencé a estar depresiva”. Ella se quedaba encerrada en su habitación a oscuras, no quería salir, incluso llegó a pensar en la muerte.
Por su parte, Patricio, consumía pastillas, alcohol y marihuana, y tenía problemas con la Policía. Tras un enfrentamiento terminó en un hospital por 24 días. “Recuerdo que empastillado delinquía. Una vez me dieron un balazo, los médicos me salvaron, pero perdí un riñón”, cuenta.
Ambos fueron invitados a participar de las reuniones de la Universal y notaron cambios extraordinarios después de poner su fe en acción. Gabriela perseveró y confió en Dios, así fue libre del insomnio, de la depresión y de los dolores de cabeza. Incluso terminó sus estudios. Patricio logró vencer los vicios y la delincuencia, pasó a tener paz en su interior y fue cambiando, con Dios aprendió a colocarse metas.
“Hice las cadenas sin faltar y Dios me dio la fuerza para dejar todo. Siempre seguía los consejos que me daban, buscaba obedecer en todo. Así me convertí en una nueva persona. Hoy tengo ganas de vivir, el pasado quedó atrás”, afirma Patricio. “Al tiempo de conocernos nos casamos y puedo afirmar que somos felices de verdad”, agrega Gabriela junto a Patricio.
Ellos concurren a la Universal de Flores, en Av. Rivadavia 7258.
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