Conozca la historia del ateo más influyente de los últimos tiempos, un ateo que se convirtió al cristianismo antes de morir
El profesor y filósofo británico Antony Garrard Newton Flew fue conocido y respetado durante varias décadas a causa de la defensa del pensamiento ateísta, hasta que en el año 2004 abandonó completamente su descreimiento, reconociendo la existencia divina.
Hijo de un misionero cristiano, Flew nació en Londres, en Inglaterra, y siempre fue bastante crítico de los argumentos filosóficos sobre la existencia de Dios. Se oponía en particular al concepto de la bondad divina, dejándose impresionar sólo por las formas científicas del argumento teleológico.
En los libros de su autoría, “God and Philosophy”(Dios y la Filosofía) de 1966 y “The Presumption of Atheism” ( La Presunción del Ateísmo) de 1984, el profesor argumentaba que alguien debería presuponer el ateísmo hasta que aflorase alguna evidencia de Dios.
Abandono del ateísmo
A partir del año 2001, comenzaron a surgir rumores sobre un abandono del ateísmo por parte de Flew, hasta que, en el 2004, él admitió en una entrevista que reconocía evidencias concretas de la existencia de Dios.
A causa de este cambio, Flew enfrentó varias críticas, como la de un periodista llamado Mark Oppenheimer, que atribuyó la situación a la edad avanzada del filósofo, entonces con 84 años, sugiriendo que estaba sufriendo algún tipo de demencia.
Existe un Dios
En el año 2007, el profesor lanzó un libro titulado “There´s a God” (Existe un Dios), teniendo como coautor al escritor Roy Varghese.
En la obra afirmó su admiración por el cristianismo, clasificándolo como la religión que “más claramente merece ser honrada y respetada.”
Por otra parte, resaltó en el libro la influencia del apóstol Pablo en la formación de las bases conocidas del cristianismo actual, clasificando al conocido apóstol como a un “intelectual”.
Flew, el hombre que llegó a ser considerado el “Papa de los ateos”, falleció en el año 2010, a los 87 años. Por haber abandonado el ateísmo se transformó en uno de los mayores ejemplos de religiosos que se preocuparon por el debate sobre la fe y la ciencia.